Un perfil bacteriano característico de la endometriosis
La microbiota oral, intestinal y vaginal de las mujeres que padecen endometriosis presenta características específicas que, algún día, podrían ayudar a diagnosticar la enfermedad y evaluar su gravedad sin necesidad de realizar una laparoscopia.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicado![Biocodex logo](/themes/custom/biocodex/images/build/biocodex_corporate_logo_white.png)
en_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
![](/sites/default/files/styles/image_1110x465/public/2025-02/shutterstock_2458842817.jpg.webp?itok=5oG4tBoD)
Acerca de este artículo
La endometriosis, enfermedad en la que el tejido endometrial que cubre el interior de la matriz crece fuera del útero, afecta a alrededor del 10% de las mujeres de edad reproductiva. Por desgracia, uno de los métodos de diagnóstico, basado en la (sidenote: La laparoscopia La laparoscopia (o celioscopia) es una técnica de exploración y tratamiento de los órganos de la cavidad abdominal que suele ejecutarse bajo anestesia general. Mediante pequeñas incisiones en la pared abdominal, el cirujano accede al interior del abdomen con fines diagnósticos (por ejemplo, endometriosis) o terapéuticos (extirpación de lesiones de endometriosis, tratamiento de un embarazo ectópico, apendicitis aguda, etc.). Profundizar DiZerega GS, Rodgers KE, Peritoneal Fluid. The Peritoneum. 1992. pp 26-56 Sprin… ) , es invasivo y retrasa el tratamiento. Dado que no existe ninguna cura para la endometriosis, el tratamiento se limita a atenuar los síntomas dolorosos. Sin embargo, a pesar de todo hay una buena noticia: un equipo de investigadores australianos acaba de allanar el camino hacia el desarrollo de un método de diagnóstico alternativo no invasivo. 1
10 % La endometriosis afecta a cerca del 10% de las mujeres de edad reproductiva a nivel mundial, lo que representa 190 millones de personas. ²
¿Y si la microbiota fuera capaz de indicar la presencia de endometriosis?
Estos científicos analizaron tres microbiotas distintas –oral, intestinal y vaginal– con el objetivo de identificar un perfil bacteriano característico de la endometriosis. ¡Y de hecho lo consiguieron! La microbiota oral e intestinal (pero no la microbiota vaginal) de los controles mostraba una mayor diversidad que la de las mujeres con endometriosis. Y sobre todo, las mujeres con endometriosis presentaban cambios en determinadas bacterias.
Por ejemplo, su flora vaginal contenía más bacterias de los géneros Escherichia, Enterococcus y Tepidimonas, mientras que su microbiota intestinal contenía más lactobacilos y bacterias del género Phascolarctobacterium. Dado que estas últimas se habían detectado previamente en el (sidenote: Líquido peritoneal Líquido presente en la cavidad peritoneal, es decir, en el interior de la membrana que rodea las vísceras abdominales. Desempeña un papel de lubricante, evitando las fricciones entre los órganos durante la digestión. DiZerega GS, Rodgers KE, Peritoneal Fluid. The Peritoneum. 1992. pp 26-56 Springer New York ) de las pacientes, aparentemente son capaces de migrar del aparato digestivo al peritoneo. En cuanto a la microbiota oral, (sidenote: Fusobacterium Género de bacterias filamentosas que viven sobre todo en la boca (placa dental), el aparato digestivo, la vagina y, en menor proporción, la cavidad uterina. Esta bacteria patógena está implicada, en especial, en la periodontitis (inflamación de la base del diente) y el cáncer colorrectal. ) era más abundante en las mujeres con endometriosis moderada a severa. Dado que esta bacteria está implicada en la periodontitis (inflamación de las encías que suele afectar a las mujeres con endometriosis), quizás pueda explicar la relación entre la endometriosis y la gingivitis.
La microbiota vaginal
La endometriosis y su gravedad
Los investigadores también hallaron diferencias en la microbiota en función de la gravedad de la endometriosis. Por ejemplo, la bacteria Actinomyces era más abundante en el aparato digestivo de las mujeres con endometriosis mínima o leve, mientras que Paraprevotellaceae se asociaba con las formas más graves. En lo que respecta a la flora oral, Cardiobacterium predominaba en las formas leves y Fusobacterium en las formas severas. En cuanto a la flora vaginal, la endometriosis grave se asocia con una mayor abundancia de Blautia, Dorea, Collinsella y Eubacterium.
Por supuesto, este estudio solo constituye un primer paso. Para confirmar estos resultados, será necesario llevar a cabo investigaciones con grupos más amplios de pacientes. ¿Pero quién sabe si algún día estos descubrimientos puedan conducir al desarrollo de una prueba no invasiva capaz de detectar la endometriosis y determinar su nivel de gravedad directamente a partir de nuestras bacterias?