¿Cuál es la relación entre la microbiota vaginal y la incontinencia urinaria?
Cuando se padece incontinencia urinaria de esfuerzo, las estrategias aplicadas se basan a menudo en ejercicios (para reforzar el periné insuficiente) y pañales (para absorber las pérdidas). ¡Pero quizá un día los probióticos también formen parte de la solución!
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Acerca de este artículo
La incontinencia urinaria de esfuerzo, un tema a menudo considerado tabú, afecta a 1 mujer de cada 5 e incluso a 1 mujer de cada 3 según los estudios. La maternidad y el paso de los años aumentan el riesgo de estas pérdidas incontroladas en el momento de levantar la bolsa de la compra, toser, saltar, estornudar e incluso reír. Tradicionalmente, se considera que dos mecanismos están implicados: un debilitamiento del periné («hamaca» muscular que retiene los órganos urogenitales), sobre todo durante el embarazo, y una debilidad del esfínter urinario, músculo en forma de anillo que abre o cierra la uretra por la que se vacía la vejiga. Pero la microbiota vaginal también podría estar implicada, a juzgar por un estudio chino publicado en 2024. 1
Tipos de incontinencia urinaria
Existen 3 tipos principales de incontinencia urinaria: 2,3
- la incontinencia urinaria de esfuerzo;
- la incontinencia urinaria por urgencia, en la que la pérdida va precedida de unas ganas imperiosas de orinar;
- la incontinencia mixta, que combina los dos síntomas.
Existen otros dos tipos de incontinencia urinaria, pero son más raros: 2,3
- la incontinencia por rebosamiento (pequeña pérdida de orina debida a una vejiga demasiado llena);
- la incontinencia funcional, que resulta de una incapacidad mental o física no debida al control de la micción (enfermedad de Alzheimer, en la que el paciente no reconoce la necesidad de orinar o ha olvidado dónde está el lavabo).
Quien dice incontinencia dice disbiosis vaginal
El estudio demuestra que un desequilibrio de la microbiota vaginal afecta al 84,5% de las madres jóvenes que padecen incontinencia urinaria frente al 42,1% de las madres que no sufren estas pérdidas. La gran mayoría de las jóvenes madres con incontinencia presentan, en lugar de una microbiota vaginal sana en la que predomina Lactobacillus, una microbiota vaginal en la que Gardnerella, Streptococcus, Prevotella, Dialister y Veillonella ocupan más terreno.
Pero algunas lectoras atentas se preguntarán: ¿qué relación existe entre la microbiota vaginal (por lo tanto, de la vagina) y pérdida urinaria (por lo tanto, del aparato urinario)? Simplemente la proximidad anatómica entre el orificio de la uretra y el de la vagina. ¡Unos milímetros que facilitan el establecimiento de estrechas relaciones entre la microbiota de estas dos partes del cuerpo! Por otra parte, estudios anteriores demostraron en varias ocasiones la existencia de relaciones entre las enfermedades urogenitales, por lo tanto, del aparato urinario o vaginal, y las bacterias vaginales.
30% frente a 15% Muchas personas de edad avanzada padecen incontinencia urinaria, especialmente las mujeres: el 30% de las mujeres de edad avanzada y el 15% de los hombres de edad avanzada.
18 a 34% La incontinencia urinaria de esfuerzo es más frecuente en las mujeres después del parto y en las de edad avanzada, con una prevalencia del 18 al 34% según los estudios.
¿Una microbiota vaginal demasiado interconectada?
Pero a lo que íbamos, las bacterias de las mujeres que padecen pérdidas urinarias después del parto. Su microbiota se caracteriza también por una hiperconexión entre los microorganismos que viven en la vagina. En otras palabras, una red de relaciones de lo más desarrollada entre los diferentes microorganismos. No es buena señal: en general, las microbiotas que presentan un grado elevado de interconexión se consideran menos estables y, por lo tanto, más propensas al desequilibrio y la disbiosis.
En suma, según los autores, estos estudios demuestran que existe una posible asociación entre una microbiota vaginal inestable y la incontinencia urinaria de esfuerzo. Pero nada indica que la primera sea la causa de la segunda: la humedad creada por las pérdidas podría modificar la microbiota; o la microbiota y la incontinencia podrían ser dos consecuencias visibles de otro fenómeno que está por descubrir.