Termalismo: una gozada también para las bacterias
Piel, tránsito intestinal, articulaciones…: cada fuente termal tiene sus virtudes. Porque la lista de los beneficios, aunque específica de cada fuente, a menudo es larga. ¿Cómo se explica este baño de juventud? ¿A través del efecto de las curas sobre la microbiota digestiva?
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Acerca de este artículo
Cuando lea los resultados de este estudio, ya no verá con los mismos ojos su estancia en el balneario. En efecto, aunque reserve una estancia para una persona, no será el único que se beneficie: ¡los millones de bacterias de la microbiota intestinal que viven en su tubo digestivo también la disfrutarán!
Este es el resultado de un estudio realizado en Japón, un país donde los (sidenote: Onsen Fuentes de agua caliente. ) son un auténtico arte de vivir. Se les atribuyen numerosas virtudes para diversos males: trastornos del sueño, trastornos osteomusculares, enfermedades de la piel, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, tránsito intestinal…
La microbiota intestinal
Una microbiota más rica en bifidobacterias…
Para que la ciencia pueda saber más, 136 valientes adultos sanos (80 hombres y 56 mujeres) aceptaron ser los (afortunados) conejillos de Indias de un experimento.
Programa: al menos 20 minutos de baño diario en una fuente caliente elegida por sus propiedades durante 7 días consecutivos, en Beppu, la ciudad de las 2000 fuentes.
Resultado después de una semana de termalismo: la microbiota intestinal de los agüistas que eligieron fuentes calientes ricas en bicarbonato mostró una abundancia considerablemente mayor de una bacteria llamada Bifidobacterium bifidum; la de los agüistas que optaron por aguas sulfurosas un aumento de Ruminococcus2 y Alistipes; y por último, la microbiota de los agüistas que se decidieron por aguas simples (sin ningún mineral especialmente abundante) presentaron un aumento de la población intestinal de Parabacteroides y Oscillibacter.
… ¿gracias a las aguas termales?
La bacteria Bifidobacterium bifidum se reconoce de manera generalizada como una «bacteria buena» (efectos beneficiosos sobre el estreñimiento, la función inmunitaria etc.), por lo que sería tentador concluir que esta bacteria explica los «poderes» de la balneoterapia. Pero solo es más abundante en las aguas ricas en bicarbonato. Y este efecto varía de un onsen bicarbonatado a otro. Peor aún, los microorganismos que se ven favorecidos con motivo del termalismo en aguas sulfurosas o en aguas simples se conocen por unos efectos a veces beneficiosos y a veces dañinos.
En resumen, la única conclusión a la que se puede llegar es que ciertas curas termales ejercen un efecto potencial sobre la microbiota intestinal. Pero ¿el efecto se debe solo a la composición del agua, a los 20 minutos a 25 grados, a la relajación que proporciona, al centro elegido por el voluntario (elección que puede verse influenciada por su clase social o su barrio) o incluso al simple hecho de que los conejillos de Indias modificaron involuntariamente sus costumbres, evitando, por ejemplo, pequeños extras alimentarios? Para esclarecerlo, se necesitan otros experimentos. Porque, en el estado actual de los conocimientos, la conclusión no es tan clara como el agua…