Las bacterias intestinales convierten las hormonas del estrés en progestágenos: el asombroso papel del gas hidrógeno
Un equipo de investigadores acaba de descubrir que ciertas bacterias intestinales son capaces de convertir las hormonas del estrés en progestágenos, ¡y todo gracias al gas hidrógeno! Este inesperado descubrimiento podría cambiar por completo nuestra concepción de la salud intestinal, el embarazo e incluso el bienestar mental.
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Un equipo de investigadores acaba de hacer un descubrimiento revolucionario, a saber, que ciertas bacterias intestinales son capaces de convertir las hormonas relacionadas con el estrés en progestágenos, todo ello con la ayuda de gas hidrógeno. Esta investigación, a cargo de Megan McCurry y su equipo, muestra cómo determinados microbios intestinales, concretamente Gordonibacter pamelaeae y Eggerthella lenta, metabolizan los glucocorticoides –hormonas producidas por el organismo en respuesta al estrés– en progestágenos, los cuales desempeñan un papel fundamental en el embarazo y la función cerebral. Los resultados, publicados en la revista Cell, abren nuevas perspectivas para nuestra comprensión de la influencia de la microbiota intestinal en la salud de las mujeres, especialmente durante el embarazo.
El inesperado papel del gas hidrógeno
Uno de los descubrimientos más asombrosos de este estudio es sin duda la función que desempeña el hidrógeno en el metabolismo bacteriano intestinal. Se sabe ahora que el hidrógeno, tradicionalmente considerado un subproducto de la digestión, constituye un factor clave que potencia la capacidad de las bacterias para convertir los glucocorticoides en progestágenos. El estudio muestra que la producción de gas hidrógeno por ciertas bacterias intestinales como E. coli crea un entorno favorable para esta transformación de hormonas esteroideas. Cuando estas bacterias se cultivan juntas, producen mucho más hidrógeno, lo que facilita el proceso de conversión.
Este descubrimiento del papel del hidrógeno en estas transformaciones hormonales tan importantes pone de relieve un aspecto totalmente nuevo del funcionamiento de la microbiota intestinal. Hasta ahora, se creía que el papel del hidrógeno en el metabolismo intestinal se limitaba básicamente a la producción de gases y la fermentación, pero este estudio arroja luz sobre su influencia decisiva en el metabolismo secundario, en particular en el procesamiento de hormonas esteroideas.
Producción de progestágenos bacterianos: un posible vínculo con el embarazo y la salud mental
El estudio también revela que la conversión de las hormonas del estrés en progestágenos por parte de las bacterias intestinales reviste una gran importancia fisiológica, especialmente durante el embarazo. Los investigadores descubrieron que los niveles de progestágenos bacterianos en las heces de las mujeres embarazadas eran significativamente más elevados que en las del resto de las mujeres. Uno de estos progestágenos, la alopregnanolona, ya ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de la depresión posparto, lo que indica un impacto potencial de este proceso bacteriano en la salud mental materna.
Los niveles de progestágenos en las heces son dos órdenes de magnitud más elevados en las mujeres embarazadas en comparación con el resto de las mujeres.
Este vínculo entre la producción hormonal bacteriana y el embarazo es crucial, ya que los progestágenos no sólo regulan el embarazo, sino que también actúan como neuroesteroides que afectan a la función cerebral. El estudio sugiere que estas transformaciones bacterianas podrían influir no sólo en el desenlace del embarazo, sino también en ciertas afecciones posparto como la depresión y la ansiedad.
Los microbios intestinales: ¿nuevos protagonistas endocrinos?
Más allá del embarazo, las implicaciones de estas observaciones se extienden a otros campos sanitarios más amplios. Si las bacterias intestinales son capaces de transformar las hormonas del estrés en moléculas bioactivas que afectan al cerebro y al aparato reproductor, esto abre nuevas perspectivas fascinantes en la comprensión del impacto de la salud intestinal sobre la regulación hormonal general. Este descubrimiento sugiere que la microbiota intestinal actúa prácticamente como un órgano endocrino adicional, capaz de influir en el equilibrio hormonal y la salud mental.
Reconocer el papel de la microbiota en la regulación hormonal podría allanar el camino para tratamientos innovadores dirigidos a las bacterias intestinales. En el futuro, las terapias microbianas podrían ayudar a tratar afecciones relacionadas con desequilibrios hormonales, como la poliquistosis ovárica, los trastornos del humor o incluso ciertos problemas de fertilidad.
Conclusión
En resumen, esta investigación revela que ciertas bacterias intestinales, con la ayuda del hidrógeno, pueden convertir las hormonas relacionadas con el estrés en hormonas del embarazo, ejerciendo profundos efectos potenciales sobre la salud de la mujer. Estos hallazgos no sólo cambian nuestra comprensión de la microbiota intestinal, sino que también abren nuevas vías para intervenciones clínicas en las enfermedades de origen hormonal.