Insomnio de la persona mayor: una relación con la microbiota intestinal
Cuando se estima que una persona mayor de cada dos padece insomnio crónico, un estudio reciente1 pone en evidencia una relación entre el sueño, la cognición y la microbiota intestinal del adulto mayor con insomnio.
Espacio para el público general
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
Dificultad para conciliar el sueño o para mantenerse dormido, despertar prematuro…, el insomnio afecta a un adulto mayor de 65 años de cada dos. Tiene consecuencias importantes para la salud, puesto que esta enfermedad crónica se acompaña a menudo de un declive cognitivo y una mayor mortalidad. Aunque los mecanismos se conocen mal, una explicación de la relación entre el insomnio y el declive cognitivo podría residir en el eje microbiota intestinal-cerebro. Un equipo de investigadores se centró en las relaciones entre la microbiota intestinal y el rendimiento cognitivo de 72 insomnes crónicos (entre ellos 56 mujeres) con una media de edad de 73,2 años. Se evaluaron dos factores que generalmente indican un declive cognitivo acelerado durante el envejecimiento: la calidad del sueño (medida objetiva por (sidenote: Actigrafía Método de medição objetiva do sono baseada num aparelho similar a um relógio, levado no pulso ou no tornozelo, que deteta os movimentos do corpo e, assim, a atividade acordada. Este aparelho mede o tempo para adormecer, os eventuais despertares e a sua duração, etc. ) a lo largo de 2 semanas y subjetiva por autocuestionario) y el rendimiento cognitivo (15 variables medidas, 2 de ellas finalmente admitidas por ser más discriminantes).
50% El insomnio afecta a alrededor del 50 % de la población adulta mayor de 65 años.
La calidad del sueño asociada a la disbiosis intestinal
El análisis por secuenciación del gen del ARN de 16S de las muestras de heces de los pacientes pone en evidencia la presencia de 45 filos. Bacteroidetes predominaba (48 %), seguido de Firmicutes y, lejos detrás, Proteobacteria (6 %), es decir, una disminución de Firmicutes y Proteobacteria en provecho de Bacteroidetes con respecto a los pacientes sin problemas de sueño.2
Pero, sobre todo, en los 72 insomnes seguidos, la eficacia del sueño (es decir, el sueño objetivo y no sentido) y la cognición explicaban un 7,5 a 7,9 % de la variación total de la composición de la microbiota intestinal (en términos de (sidenote: Variante de secuencia de amplicón Término que designa secuencias de ADN individuales recuperadas a partir de un análisis del gen marcador (esta técnica elimina las secuencias «parásitas» inducidas por la amplificación del gen y la secuenciación). Por lo tanto, este método se distingue del recuento de las UTO, unidad taxonómica operativa (Operational Taxonomic Unit), utilizado con mayor frecuencia, en el que las bacterias se agrupan sobre la base de similitudes de un gen dado que sirve de marcador taxonómico. ) ). Esto representa un impacto importante, comparable al provocado por los medicamentos, los parámetros sanguíneos, el tránsito, la dieta alimentaria, el estado de salud y los datos antropométricos, según un estudio precedente.3
¿Lachnoclostridium y Blautia implicados?
Además, el análisis de correlación mostró que una elevada presencia del género Lachnoclostridium se asociaba a un sueño eficaz y a un rendimiento cognitivo más elevados (tiempo de reacción más bajo). A la inversa, un rendimiento cognitivo menor se asociaba a una cantidad más elevada del género Blautia.
Este estudio aporta un nuevo elemento a la relación entre insomnio, cognición y microbiota intestinal. Aunque no permite deducir la menor causalidad, señala a la microbiota intestinal como potencial ayuda al diagnóstico de las personas mayores que padecen trastornos del sueño y declive cognitivo, e incluso como nueva diana terapéutica en el ámbito del envejecimiento.