Osteoporosis: se confirma el papel de la microbiota intestinal
Varias asociaciones entre la microbiota intestinal y las mediciones de la densidad ósea sugieren que existe una relación entre esta microbiota y el metabolismo del esqueleto. Ciertas bacterias y vías metabólicas están en el banquillo de los acusados.
Espacio para el público general
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
De la microbiota intestinal a la salud del esqueleto podría no haber más que un paso, a juzgar por precedentes trabajos: 1 ciertos microorganismos intestinales aumentan la producción de linfocitos T, que a su vez estimulan la producción de mediadores inmunitarios y citocinas inflamatorias, favoreciendo la osteoclastogénesis y la pérdida ósea en ratones. Otros estudios describen mecanismos que implican la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) microbianos y el metabolismo de los componentes alimentarios implicados en el metabolismo óseo (vitaminas K, D y polisacáridos complejos). Incluso se creó un término específico: osteomicrobiología. Sin embargo, los estudios clínicos eran escasos, hasta el publicado por un equipo estadounidense.
Dos cohortes diferentes, un sospechoso común
Estos trabajos se basan en las cohortes de dos estudios de observación: 831 hombres de edad avanzada (edad media de 84,2 años) procedentes del estudio MrOS 2 sobre la osteoporosis en los hombres y 1227 hombres y mujeres más jóvenes (edad media de 55,2 años) del Framingham Heart Study (FHS) 3. El análisis de los datos identifica 37 géneros microbianos que parecen estar implicados en el estudio FHS (en especial DTU089, Marvinbryantia, Blautia y Akkermansia, negativamente asociados a la densidad ósea, y Turicibacter y Victivallis, positivamente asociados) y 4 géneros en MrOS (asociaciones negativa con Methanobrevibacter y DTU089, y positiva con Lachnospiraceae NK4A136).
A pesar de la diferencia entre las dos cohortes en términos de tamaño, sexo y edad, una bacteria común se asociaba a una densidad ósea más baja en las dos cohortes: DTU089, que se sabe que es más abundante en las personas que tienen poca actividad física y un escaso aporte proteico, dos factores desfavorables para la salud ósea.
Un metanálisis
Los investigadores aprovecharon las dos cohortes para realizar un metanálisis. Sus resultados: una mayor abundancia de Akkermansia y DTU089 se asoció a una menor densidad de los radios y tibias; en cambio, una mayor abundancia del grupo Lachnospiraceae NK4A136 y de Faecalibacterium se asociaban a una mejor densidad ósea.
Los investigadores identificaron también 8 vías metabólicas asociadas a mediciones óseas, la más importante de las cuales implicaba a la vía de biosíntesis de la histidina, la purina y la pirimidina. Ahora bien, experimentos anteriores en ratones ya han sugerido que la osteoporosis se asocia con un trastorno del metabolismo de la purina.
Aunque solo se trata de resultados preliminares que requieren estudios adicionales para comprender mejor los mecanismos a través de los cuales ciertas bacterias consiguen modificar la integridad del esqueleto, confirman los primeros resultados preclínicos y, sobre todo, suscitan la esperanza de poder, algún día, modular la microbiota intestinal para proteger mejor la salud ósea de los pacientes.
1. Okoro PC, Orwoll ES, Huttenhower C et al. A two-cohort study on the association between the gut microbiota and bone density, microarchitecture, and strength. Front Endocrinol (Lausanne). 2023 Sep 21;14:1237727. doi: 10.3389/fendo.2023.1237727.
2. https://mrosonline.ucsf.edu/
3. https://www.framinghamheartstudy.org/