Microbiota intestinal #13
Revisión de prensa
Por el Pr. Markku Voutilainen
Facultad de medicina de la Universidad de Turku; gastroenterología, Hospital Universitario de Turku, Finlandia
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Microbiota intestina, dieta mediterránea y enfermedad cardiovascular
Enfermedades cardiometabólicas como las enfermedades cardiovasculares (EC) y la diabetes de tipo 2 (DT2) representan una parte destacada del total de enfermedades en todo el mundo, y se han relacionado con la naturaleza individual del microbioma intestinal (metabolismo e interacciones inmunitarias). Aunque las investigaciones preclínicas sugieren que el microbioma intestinal y la alimentación mantienen una relación recíproca, aún faltan pruebas clínicas sólidas, especialmente en cuanto al riesgo de enfermedades cardiometabólicas. El objetivo del estudio era analizar la interacción entre la dieta mediterránea, el microbioma intestinal y el riesgo de enfermedad cardiometabólica en una subpoblación de más de 300 hombres del Estudio de Seguimiento de Profesionales Sanitarios (HPFS) de larga duración. Se observó una interacción significativa entre unos hábitos alimenticios saludables y el microbioma intestinal en relación con el riesgo de enfermedades cardiometabólicas. Este estudio demostraba que la adherencia a largo plazo a una dieta mediterránea saludable se asociaba a la variación taxonómica y enzimática del microbioma intestinal. Los hábitos alimenticios explicaron el 0,7% de la variación, y este efecto era superior al causado por el consumo de antibióticos. La adherencia a la dieta mediterránea se asoció a un incremento de la degradación microbiana de las fibras alimenticias y a la fermentación de los ácidos grasos de cadena corta por parte de metabolizadores anaeróbicos de la fibra, como F. prausnitzii y E. rectale. Una baja adherencia a la dieta mediterránea junto con un consumo de carne roja o procesada se asoció al aumento de la síntesis microbiana de ácidos biliares secundarios hepatotóxicos transportados principalmente por C. aerofaciens. El estudio subrayaba la capacidad de la dieta mediterránea para atenuar el riesgo de enfermedad cardiometabólica en ausencia de Prevotella copri: mientras que un mayor seguimiento de la dieta mediterránea se asociaba a una disminución del riesgo de infarto de miocardio en los no portadores de P. copri, los portadores de P. copri tenían un mayor riesgo.
Profilaxis antibacteriana y resistencia a los antibióticos en pacientes con leucemia
A pesar de que la profilaxis antibiótica (PA) puede reducir el riesgo de infecciones graves en pacientes inmunodeprimidos, el principal inconveniente es la resistencia a los antibióticos. La profilaxis con una fluoroquinolona de amplio espectro puede seleccionar microbios resistentes a los antibióticos y derivar en una resistencia cruzada a otros antibióticos. En este estudio, los autores analizaron el resistoma gastrointestinal de niños con leucemia linfoblástica aguda (LLA) para determinar las repercusiones de la PA en los genes de resistencia a los antibióticos (GRA). Entre los 49 niños con LLA, 31 (el 63%) recibieron profilaxis con levofloxacina durante el tratamiento de inducción y 18 no recibieron profilaxis. Para la profilaxis de Pneumocystis jirovecii se administró trimetoprim-sulfametoxazol. Se observó un aumento de la abundancia relativa de genes de resistencia al trimetoprim-sulfametoxazol en la microbiota intestinal, que no se modificó con la profilaxis con levofloxacina. Las mutaciones puntuales de la topoisomerasa de bacterias fecales aumentaron durante el tratamiento en quienes recibieron levofloxacina, pero no en el resto de la población del estudio. La levofloxacina actúa sobre las enzimas topoisomerasas bacterianas que catalizan la rotura de la doble cadena de ADN. El incremento de la prevalencia de genes de resistencia a las fluoroquinolonas fue bajo, y el número de pacientes con mutaciones en la topoisomerasa se mantuvo reducido. Aunque el efecto selectivo de la levofloxacina parecía limitado, el aumento de la frecuencia de resistencia a las fluoroquinolonas se mantuvo durante al menos 2 meses tras el tratamiento. Por el contrario, no se observaron modificaciones en los genes de resistencia a los aminoglucósidos, a los betalactámicos, a la vancomicina o a combinaciones de antibióticos tras el tratamiento de inducción, lo que sugiere que no hubo resistencia cruzada a otros antibióticos. En conclusión, la profilaxis con fluoroquinolonas ofrece protección contra las infecciones a corto plazo, pero no aumenta el riesgo de resistencia cruzada a otros antibióticos.
La importancia del Trasplante de Microbiota Fecal (FMT) en el tratamiento del melanoma
La inmunoterapia para inhibir la proteína de punto de control de muerte celular programada 1 (PD-1) se utiliza para tratar pacientes con melanoma, pero sólo entre el 10 y el 20% consigue una remisión completa. Para aumentar el éxito de la terapia, la modulación de la microbiota intestinal se ha convertido en una de las pistas más prometedoras, puesto que ha obtenido resultados positivos en modelos preclínicos. Sin embargo, no se ha investigado en ensayos clínicos. Los autores querían evaluar el efecto del TMF en los inmunocitos seguido de inmunoterapia con anticuerpos anti-PD-1 en pacientes con melanoma metastásico resistente. El TMF se realizó tanto mediante colonoscopia como con administración oral de cápsulas fecales, seguido de una reinducción del tratamiento con anti-PD-1. Las heces se obtuvieron de dos donantes (donante 1 y donante 2) cuyo melanoma metastásico había sido tratado y había tenido una remisión completa. No se observaron efectos adversos moderados ni graves causados por el TMF. Se hallaron respuestas objetivas al tratamiento del melanoma en tres pacientes que habían recibido el TMF de un mismo donante (donante 1). Un paciente logró una remisión completa y dos una remisión parcial. Tras el TMF, la microbiota intestinal difería de la inicial en todos los pacientes y era distinta según el donante (1 o 2). Los pacientes que respondieron bien al tratamiento tenían una mayor abundancia relativa de Enterococcaceae, Enterococcus, y Streptocccus australis y una menor abundancia de Veillonella atypica, pero no se observó ninguna asociación entre los taxones microbianos y la respuesta al tratamiento. Se observó una regulación al alza de los genes relacionada con la presentación de péptidos por parte de las células procesadoras de antígenos (CPA). También se observó una regulación al alza de genes relacionados con la actividad de las CPA, la inmunidad innata y la interleucina-12 en pacientes que respondieron bien al tratamiento. El estudio de los receptores de tumores disponibles reveló, tras el tratamiento, una regulación al alza de varios conjuntos de genes relacionados con la inmunidad. El estudio demuestra que el TMF en combinación con la terapia anti-PD-1 es un tratamiento seguro y potencialmente eficaz para el melanoma metastásico resistente. La modulación de la microbiota intestinal puede superar la resistencia a la inmunoterapia.
Microbiota y cáncer de mama
En esta revisión, los autores se centran en la microbiota humana a lo largo de la vida, en los vínculos entre la microbiota intestinal/ mamaria y el cáncer de mama (CM), el impacto de la metabolómica y la farmacomicrobiómica en el riesgo y el pronóstico del CM y las opciones de tratamiento. Mientras que los estrógenos, una alta densidad mamaria, una alimentación de tipo occidental, la obesidad, el alcohol y factores genéticos son elementos de riesgo para el CM, la disbiosis de la microbiota intestinal se ha perfilado como un actor clave en la aparición, tratamiento y pronóstico del CM a través de diversos procesos biológicos. Las bacterias β-glucuronidasa (BGUS) modifican la circulación enteropática de estrógenos y pueden aumentar el riesgo de CM de origen hormonal. Como en el intestino, las firmas microbianas locales de la microbiota mamaria en pacientes con CM son diferentes de las de personas sanas de referencia. Aunque se desconoce si estos hallazgos son una causa o una consecuencia, es posible que exista una relación entre la disbiosis mamaria y el CM, en la que las bacterias y/o sus componentes influyan en el microentorno inmunitario local. El (sidenote: Estroboloma humano El conjunto de genes bacterianos entéricos cuyos productos son capaces de metabolizar los estrógenos (Plottel and Blaser, 2011). ) refleja genes bacterianos entéricos cuyos productos metabolizan los estrógenos. Las BGUS de las bacterias intestinales desconjugan los xenobióticos y los estrógenos que posteriormente son recuperados mediante la circulación enterohepática. El estrógeno producido por las BGUS puede aumentar el riesgo de padecer CM de origen hormonal. Otras bacterias intestinales metabolizan fitoestrógenos que pueden proteger contra el CM. Algunas bacterias intestinales producen equol y enterolignanos que pueden reducir el riesgo de CM de origen hormonal. Entre el 20% y el 30% de la población occidental tiene microbios (de la familia Coriobacteriaceae), que transforman la isoflavona en equol, que tiene afinidad con los receptores de estrógeno y una actividad antiandrogénica y antioxidante. Los receptores de ácidos grasos libres del intestino se activan gracias a los ácidos grasos de cadena corta y pueden participar en la inhibición de tumores. Es posible que la microbiota intestinal y mamaria module el microentorno del CM: que active una proliferación epitelial anormal, una secreción de factores de crecimiento, mutaciones del genoma, un microambiente metabólico local y una angiogénesis. Por ejemplo, las bacterias intestinales pueden inactivar la doxorrubicina y la gemcitabina. La microbiota intestinal incluso desempeña una doble función en la eficacia de la radioterapia, que puede ser tanto beneficiosa y protectora como perjudicial y resistente. En conclusión, en los pacientes con CM, es posible que la microbiota sirva como factor de pronóstico y predicción de la respuesta al tratamiento. En el futuro, la modulación de la microbiota puede mejorar los resultados de los pacientes con CM.