La microbiota nasal, ¿un modulador del riesgo de otitis?
Un estudio que combina secuenciación del ARN 16S y cultivo bacteriano a gran escala («culturómica») acaba de documentar las características de la microbiota nasal asociadas a la salud ótica y nasal de los niños aborígenes (2-7 años), una población con un riesgo alto de otitis.
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Acerca de este artículo
Aunque las otitis son afecciones frecuentes durante la infancia, (sidenote: Les enfants aborigènes australiens seraient 5 fois plus à risque d’otite sévère de l’oreille moyenne que les enfants australiens non aborigènes. Gunasekera H, Knox S, Morris P et al. The spectrum and management of otitis media in Australian indigenous and nonindigenous children: a national study. Pediatr Infect Dis J. 2007 Aug;26(8):689-92. ) . El problema es que los estudios que intentaron caracterizar a los microorganismos asociados a la enfermedad en estas poblaciones hasta ahora han buscado otopatógenos conocidos (Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis) o han recurrido en su mayoría a técnicas de cultivo que no permiten detectar la presencia de microorganismos difíciles de cultivar.
Analizando la microbiota nasal de 101 niños aborígenes por secuenciación del gen del ARN 16S y aumentando el número de condiciones de cultivo bacteriano, un equipo de investigadores estudió las asociaciones entre su composición y la salud ótica y nasal de los niños.
Moraxella, ¿marcador de otitis pasadas?
Pusieron en evidencia una mayor abundancia de Moraxella en los niños que ya habían sufrido una otitis. Este aumento de su presencia, incluso cuando los niños no presentaban una otitis en el momento del análisis, podría deberse a una remodelación duradera de la microbiota nasal como consecuencia de una otitis pasada. Por otra parte, la abundancia de Moraxella en la microbiota nasal mostró una correlación negativa con la de Staphylococcus, un género bacteriano más abundante en los niños que no presentan secreción nasal infecciosa. Ahora bien, los datos in vitro sugieren que algunas especies de Staphylococcus pueden inhibir a Moraxella, lo cual podría explicar la correlación negativa observada.
¿Un dúo de microorganismos con un efecto protector?
Además, en los niños sin afección del oído en el momento del estudio, se observó una correlación positiva entre Dolosigranulum y Corynobacterium. Esta correlación también se observó en los niños que no presentaban rinorrea infecciosa, lo cual conduce a los autores a considerar esta colonización conjunta como potencialmente protectora frente a patógenos como S. pneumoniae y garantía de la salud ótica y de las vías aéreas superiores.
Hacia la identificación de nuevos otopatógenos
En cambio, Ornithobacterium estaba sobrerrepresentado en los niños que padecían otitis serosa con respecto a los niños que nunca habían tenido otitis. Por lo tanto, podría ser un nuevo otopatógeno potencial. Su presencia mostró una correlación con la de otros dos géneros bacterianos, Dichelobacter y Helcococcus, cuyos efectos sobre la salud nasal y ótica están por precisar.
Este estudio que combina secuenciación del ARN 16S y culturómica, el más grande realizado en poblaciones autóctonas, permitió describir asociaciones de la microbiota nasal con la salud ótica y nasal, a través de la identificación de sinergias (y antagonismos) potenciales entre microorganismos, así como nuevos candidatos a otopatógenos, que requieren estudios más profundos.