La diarrea parasitaria: ¿Puede la microbiota determinar los resultados clínicos?
No todas las personas responden de la misma manera a las infecciones intestinales parasitarias: mientras que algunas no desarrollan ningún síntoma, otras experimentan diarreas más o menos severas, que incluso pueden llegar a ser mortales. Se reconoce cada vez más que la microbiota intestinal constituye un factor clave para explicar esta variabilidad.
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Los parásitos intestinales pueden clasificarse a grandes rasgos en protozoarios (organismos unicelulares) y helmintos (organismos multicelulares, también conocidos como gusanos).39 Se calcula que en todo el mundo hay 895 millones de personas infectadas por helmintos transmitidos por el suelo. Los protozoarios intestinales (PI) tienen una tasa de prevalencia total más baja, pero aun así, se cree que más de 350 millones de personas están infectadas por al menos uno de los tres parásitos protozoarios más frecuentes40. Las infecciones protozoarias son frecuentes en los países de ingresos bajos y medianos. La globalización de la cadena alimentaria, los viajes internacionales y las migraciones provocan un aumento de las infecciones protozoarias en los países de ingresos altos, donde son más frecuentes que las infecciones por helmintos intestinales.39.
LAS DIARREAS CAUSADAS POR PARÁSITOS PROTOZOARIOS
Los parásitos protozoarios intestinales más frecuentes son Giardia intestinalis (Giardia duodenalis o Giardia lamblia), Entamoeba histolytica, Cyclospora cayetanensis y Cryptosporidium spp. Las enfermedades diarreicas causadas por estos patógenos se conocen respectivamente como giardiasis, amebiasis, ciclosporiasis y criptosporidiosis.41
Giardia intestinalis infecta la parte superior del intestino delgado alterando su función de barrera y su permeabilidad. Entre 6 y 15 días después de la infección, puede causar diarrea acuosa aguda acompañada de cólicos abdominales, distensión abdominal, náuseas y vómitos. La giardiasis –la diarrea parasitaria más frecuente en el mundo– afecta a 280 millones de personas cada año.41
Las infecciones por Entamoeba histolytica suelen ser asintomáticas, pero pueden producir una enfermedad invasiva del intestino grueso (especialmente en pacientes inmunodeprimidos) que conduce al desarrollo de disentería amebiana. La fase aguda dura 3 semanas y se caracteriza por dolor abdominal y diarrea con sangre y moco. La amebiasis es responsable de más de 26 000 fallecimientos al año2 y constituye la tercera causa de mortalidad por infecciones parasitarias en el mundo; afecta especialmente a la población de los países de ingresos bajos y medianos.41
Cyclospora cayetanensis es la única especie del género Cyclospora capaz de infectar al ser humano. Tras un periodo de incubación que puede variar de 2 a 12 días, se manifiesta típicamente con diarrea aguda acuosa y abundante, cólicos abdominales, náuseas, fiebre de baja intensidad, fatiga y pérdida de peso.41
Los síntomas de la infección por Cryptosporidium spp. aparecen tras una o dos semanas de incubación: los síntomas clínicos más frecuentes son: diarrea acuosa aguda, cólicos abdominales, malabsorción, náuseas, vómitos y fiebre, que duran aproximadamente de 5 a 10 días.41 Según las estimaciones, cada año se registran 64 millones de casos de criptosporidiosis.40
LA DIARREA DEL VIAJERO: LA INFECCIÓN PARASITARIA SE ASOCIA FRECUENTEMENTE CON EL SII-PI
Si bien la mayoría de los casos de diarrea del viajero son agudos y se resuelven espontáneamente, un subgrupo de personas experimenta síntomas gastrointestinales persistentes que pueden prolongarse durante semanas, meses o incluso años después de que la causa inicial haya sido tratada eficazmente.52 Un artículo reciente sugiere que cerca del 10% de los pacientes que experimentan diarrea del viajero desarrollan síntomas persistentes compatibles con el síndrome del intestino irritable postinfeccioso (SII-PI). La infección parasitaria, en particular la giardiasis, se asocia frecuentemente con el SII-PI.53
LAS DIARREAS CAUSADAS POR HELMINTOS TRANSMITIDOS POR EL SUELO
A nivel mundial, los principales helmintos transmitidos por el suelo son la ascáride (Ascaris lumbricoides), el tricocéfalo (Trichuris trichiura) y los anquilostomas (Necator americanus y Ancylostoma duodenale). Los síntomas de la infección por helmintos dependen del número de gusanos albergados: las personas con infecciones de intensidad leve (pocos gusanos) no suelen experimentar molestias, mientras que las infecciones más graves pueden causar una serie de síntomas, entre ellos síntomas intestinales (diarrea y dolor abdominal), malnutrición, malestar general y debilidad, así como alteraciones del crecimiento y el desarrollo físico. Los helmintos transmitidos por el suelo contribuyen a la morbilidad al deteriorar de diversas maneras el estado nutricional de las personas a las que infectan: se alimentan de los tejidos del huésped, provocan pérdidas de sangre intestinal y dificultan la absorción de nutrientes42.
- Ascaris lumbricoides es el nematodo intestinal más frecuente capaz de infectar al hombre, con una estimación de 807 a 1 221 millones de personas infectadas cada año.43 La infección suele ser asintomática. La forma sintomática se caracteriza por una fase pulmonar inicial seguida de una fase intestinal que cursa con diarrea, dolor abdominal leve, anorexia, náuseas y vómitos.41
- Se calcula que entre 604 y 795 millones de personas en el mundo están infectadas por Trichuris trichiura. Las personas con infecciones graves pueden experimentar deposiciones frecuentes y dolorosas que contienen una mezcla de moco, agua y sangre.44
- Se calcula que entre 576 y 740 millones de personas en el mundo están infectadas por anquilostomas, generalmente de forma asintomática. Pocas personas, especialmente las infectadas por primera vez, experimentan síntomas gastrointestinales. Los efectos más frecuentes y graves de la infección por anquilostomas son la pérdida de sangre intestinal que puede provocar anemia, además de la pérdida de proteínas.45
¿DESEMPEÑA LA MICROBIOTA UN PAPEL EN LA MARCADA VARIABILIDAD CLÍNICA DE LA DIARREA PARASITARIA?
Las infecciones parasitarias protozoarias se caracterizan por una marcada variabilidad del cuadro clínico: pueden ser asintomáticas o causar diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso, etc. Estudios recientes han puesto de relieve la posible contribución de la microbiota intestinal a esta variabilidad clínica: por ejemplo, la abundancia de Prevotella copri en la microbiota intestinal permitió predecir la diarrea en el contexto de la infección por Entamoeba histolytica46; la baja abundancia de Megasphaera antes y en el momento de la detección de Cryptosporidium mostró una correlación con la diarrea parasitaria en lactantes de Bangladesh, lo que indica que la microbiota intestinal podría ser un factor determinante de la severidad de la criptosporiosis47. A su vez, la infección por parásitos protozoarios altera la microbiota intestinal.48,49
En cuanto a los helmintos, actualmente se están estudiando las complejas interacciones entre los gusanos y la microbiota («dos viejos amigos del ser humano»50) (Figura 7). Los autores coinciden en que existe una interacción compleja y dinámica entre el parásito o los parásitos, la microbiota del huésped y su inmunidad, capaz de determinar los resultados clínicos de las infecciones parasitarias.46,48
CASO CLÍNICO por el Profesor Stephen Allen
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• Durante sus vacaciones en Asia, una ejecutiva de 36 años presenta diarrea no sanguinolenta, viscosa y maloliente, con cólicos abdominales y distensión abdominal.
• En la segunda semana de la enfermedad, el examen microscópico de heces revela la presencia de una giardiasis y la paciente toma un tratamiento de 10 días con metronidazol.
• A lo largo del año siguiente, en el Reino Unido, sufre frecuentes episodios de síntomas similares, que duran varios días cada uno y la obligan a ausentarse del trabajo.
• Después de descartar otras enfermedades mediante nuevos análisis y una exploración clínica, se le diagnostica el síndrome del intestino irritable postinfeccioso con predominio de diarrea (SII-D), una afección que se desarrolla en el 10% de los pacientes tras un episodio agudo de gastroenteritis.54
• La paciente considera que los cambios en la dieta y los tratamientos para el SII-D son ineficaces y quiere saber si le conviene enviar una muestra de heces al extranjero para un análisis de la microbiota y si un trasplante fecal podría ser útil.
• No se conoce bien el papel de la disbiosis persistente en el SII postinfeccioso debido a una infección parasitaria o a los fármacos utilizados para el tratamiento. Se necesita más investigación antes de poder dar una respuesta fiable a esta mujer.