Obesidad, ¡cuidado con la carencia de vitamina B!
Contrariamente a lo que se cree, la obesidad no se debe solo a los excesos. La carencia de vitamina B8 (biotina) puede desencadenar un círculo vicioso entre las bacterias intestinales y el paciente obeso. Explicación.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
Las vitaminas, aunque son necesarias en cantidades muy pequeñas, no dejan de ser fundamentales para la salud; una carencia de vitamina C produce el escorbuto, del que murieron tantos marineros, cuando un limón habría podido salvarlos. En menor medida, los trastornos cognitivos, el embotamiento o también un estado de fatiga persistente podrían indicar una carencia de vitamina B. Por otra parte, esta «función vital» de la vitamina se refleja en su etimología: «vitamina» procede del latín vita, que significa 'vida'.
Un motor llamado B8
Entre las numerosas vitaminas indispensables para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, se encuentran las del grupo B, la más famosa de las cuales es la vitamina B8, también llamada (sidenote: Biotina llamada vitamina B7 o B8 según los países. Esta vitamina desempeña un papel clave en el metabolismo de los glúcidos, los lípidos y los aminoácidos. También interviene en la biosíntesis de otras vitaminas (B9 y B12). Numerosos alimentos son buenas fuentes de biotina (cereales integrales, huevos, leche, avellanas...). Esta vitamina también es sintetizada por las bacterias de la microbiota intestinal. Biotin_NIH National Cancer Institut ) . Una de las principales proveedoras de biotina es la alimentación, ¡pero no solo esta! Las bacterias de la microbiota intestinal también la fabrican… o no. Con consecuencias para la salud, sobre todo en caso de obesidad.
x11 La obesidad grave se multiplicó por 11 en los hombres
x3 y por 3 en las mujeres entre 1975 y 2014, en el mundo.
El círculo vicioso de la obesidad
En efecto, un equipo de investigadores acaba de demostrar que, en los pacientes con una obesidad grave ( (sidenote: Indice de Masa Corporal (IMC) El Indice de Masa Corporal (IMC) evalúa la constitución de una persona al estimar la masa grasa corporal calculada por una relación entre el peso (kg) y la altura (m). https://www.nhlbi.nih.gov/health/educational/lose_wt/BMI/bmicalc.htm https://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/nutrition/a-healthy-lifestyle/body-mass-index-bmi ) >35), las bacterias intestinales productoras y transportadoras de biotina están desaparecidas. Su huésped obeso, aunque sus necesidades son mayores (la vitamina B es necesaria para el equilibrio del tejido adiposo), se ve privado de esta fuente complementaria a la alimentación. Los experimentos con animales ponen en evidencia que la (sidenote: Dieta occidental Alimentación rica en alimentos transformados, azúcar refinado, sal, grasas saturadas (carne roja) y grasas trans (bollería). Zinöcker MK, Lindseth IA. The Western Diet-Microbiome-Host Interaction and Its Role in Metabolic Disease. Nutrients. 2018 Mar 17;10(3):365. ) , factor bien conocido por favorecer la obesidad, produce una disminución de las bacterias intestinales productoras de biotina, así como una reducción de los niveles circulantes de esta vitamina en el suero. Por otra parte, la inflamación intestinal, observada en los pacientes obesos, limita paradójicamente su absorción cuando esta procede de la alimentación.
En caso de obesidad grave, se establece pues un círculo vicioso, puesto que la disbiosis intestinal empeoraría la inflamación (y la obesidad) y la carencia tisular de biotina.
Dopar la producción de biotina
¿Cómo salir de este círculo vicioso? La cirugía de la obesidad (o bariátrica), que mejora el metabolismo y la inflamación, favorece a las bacterias productoras de biotina y produce un aumento —al menos durante el primer año— de la concentración de biotina circulante en el cuerpo. Otra pista: la suplementación con prebióticos (fibras de tipo fructooligosacáridos) y biotina. Las pruebas en ratones alimentados con una dieta rica en grasas muestran que mejora la diversidad de la microbiota intestinal, potencia la producción bacteriana de biotina y de otras vitaminas del grupo B, a la vez que limita el aumento de peso y el deterioro de la glucemia.