Microplásticos: ¡las bandejas de comida para llevar pueden ser peligrosas para la microbiota!
Las partículas de plástico desprendidas por los recipientes de comida para llevar parecen alterar la microbiota intestinal y oral. Esto es lo que sugieren los resultados de un estudio realizado por un equipo de investigadores chinos.
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Acerca de este artículo
¿Solo tiene media hora para comer? Piénselo dos veces antes de comprar unos fideos salteados en el supermercado de la esquina… ¡sobre todo si vienen en una bandeja de plástico! Según un estudio reciente, los microplásticos y nanoplásticos de estos recipientes pueden alterar las microbiotas intestinal y bucal.1
Los microplásticos y nanoplásticos están por todas partes
Resistente, ligero y barato…, el plástico tiene muchas ventajas. El problema es que puede degradarse y producir diminutas partículas que se dispersan en el aire, el agua y los animales, para terminar en nuestro plato… y, al final, en nuestro organismo. Los microplásticos miden menos de 5 milímetros; se encuentran en los pulmones, la placenta, la sangre… Los nanoplásticos, todavía poco estudiados porque son más difíciles de detectar, miden menos de 100 nanómetros (500 veces menos que el grosor de un cabello). Aunque todavía se sabe muy poco sobre sus efectos en el ser humano, no por ello dejan de ser motivo de preocupación. No solo podrían atravesar las barreras biológicas, sino que los aditivos que contienen, considerados contaminantes químicos, podrían aumentar el riesgo de cáncer y ciertas enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (EICI).2,3
Desequilibrio de la microbiota: el plástico en el banquillo de los acusados
Se sabe que las bandejas de comida para llevar desprenden cantidades significativas de pequeñas partículas de plástico. Las pruebas en animales alimentados con estos micro y nanoplásticos mostraron un impacto negativo en su microbiota intestinal. Pero ¿cuáles son sus efectos sobre la salud del ser humano?
Para explorar esta cuestión, un equipo de investigadores reunió a 390 estudiantes chinos de 18 a 30 años y los clasificó en 3 grupos: grandes consumidores de comida para llevar en recipientes de plástico (al menos 3 veces a la semana), consumidores ocasionales (máximo 1 vez a la semana) y no consumidores. Recolectaron muestras de heces y saliva para analizar y comparar sus microbiotas bucal e intestinal.
Efectos marcados sobre el equilibrio de las microbiotas intestinal y bucal
Los resultados muestran que los consumidores de comida para llevar en bandejas de plástico padecen más trastornos intestinales y tosen más que los que nunca la consumen. Más inquietante aún: presentan alteraciones marcadas ( (sidenote: Disbiosis La disbiosis no es un fenómeno homogéneo ya que varía en función del estado de salud de cada individuo. Se define generalmente como una alteración de la composición y funcionamiento de la microbiota, provocada por un conjunto de factores ambientales y relacionados con el individuo, que alteran el ecosistema microbiano. Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232. ) ) de sus microbiotas intestinal y bucal, con perfiles bacterianos específicos: Collinsella era más abundante en las heces de los consumidores de comida para llevar en bandejas de plástico y Thiobacillus era más abundante en la boca (esta bacteria se ha detectado anteriormente en arrozales contaminados con plástico).
Abrir un simple envase de plástico no un acto anodino
Según los resultados de un estudio realizado por un equipo de investigadores australianos4, cortar, romper, retorcer o simplemente manipular un trozo de cinta adhesiva, un envoltorio de chocolate o la bolsa de la compra podría liberar microplásticos potencialmente tóxicos. Los resultados muestran que, según el tipo de envoltorio y la técnica de apertura, se emiten entre 0,46 y 250 partículas de microplástico por cada centímetro cortado, roto o retorcido.
Partículas capaces de atravesar los compartimentos del organismo
Los autores plantean la siguiente hipótesis: la tos, más frecuente en los aficionados a la comida para llevar, podría significar que los micro y nanoplásticos son capaces de migrar desde el intestino hasta los pulmones y acumularse en la microbiota de las vías respiratorias, produciendo una disbiosis responsable de la tos.
En espera de que se confirmen estos resultados, conviene prepararse su propio bocadillo y, sobre todo, transportarlo en un recipiente de cristal inerte.