Trasplante fecal: ¿una respuesta a la colitis relacionada con los ICI?
Un primer ensayo, que incluyó a 2 pacientes, demostró que un alotrasplante de microbiota fecal podría reducir la colitis refractaria causada por inhibidores de puntos de control inmunitarios (immune checkpoint inhibitors o ICI). Se trata de un camino aún por explorar en un contexto marcado por el desarrollo acelerado de la inmuno-oncología.
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Acerca de este artículo
Los últimos avances terapéuticos en oncología se deben, en gran medida, a los inhibidores de puntos de control inmunitarios (ICI), anticuerpos monoclonales que tienen como diana CTLA-4, PD-1 y PD‑L1*. Si bien los primeros tratamientos disponibles en el mercado son claramente menos tóxicos que las quimioterapias, tienen efectos adversos inmunomediados, especialmente la aparición de colitis refractarias. Mientras que el manejo óptimo de este tipo de trastornos está aún por determinar, un equipo de investigación estadounidense se centró en estudiar la utilidad potencial del trasplante de microbiota fecal (TMF), con el objetivo de luchar contra la disbiosis causada por los ICI y promover mecanismos bacterianos de lucha contra los fenómenos inflamatorios locales.
Primeros resultados prometedores
El análisis de las poblaciones bacterianas en ambos pacientes antes del trasplante fecal reveló la ausencia de bacterias protectoras (pertenecientes a las clases Bacteroidia y Verrucomicrobiae). El primer paciente es una mujer de 50 años tratada por un carcinoma urotelial metastásico resistente a quimioterapia y hospitalizada por colitis ulcerosa tras iniciar el tratamiento con ICI. Puesto que los síntomas de colitis eran resistentes a los tratamientos convencionales, se le administró por vía colonoscópica una única dosis de heces de un donante sano. Como resultado, se consiguió la desaparición progresiva y rápida (36 días) de los síntomas cólicos, lo cual se confirmó mediante endoscopia.
El segundo paciente, de 78 años de edad, fue tratado con ICI para un cáncer de próstata resistente a quimioterapia y hormonoterapia. Tras desarrollar una colitis asociada a la inmunoterapia y resistente a todos los tratamientos convencionales, recibió dos dosis de heces de un mismo donante sano, espaciadas 67 días entre sí. El primer trasplante produjo una reducción parcial de los síntomas clínicos que remitieron por completo tras la segunda intervención, lo cual se confirmó mediante endoscopia en ambos casos.
Cambio después del trasplante
Los análisis de las muestras fecales recolectadas a lo largo de todo el estudio revelan un cambio en las poblaciones de la microbiota intestinal después del trasplante. Mientras que la diversidad se mantiene estable, la riqueza bacteriana aumenta de manera transitoria en ambos pacientes y la microbiota del receptor se asemeja a la del donante en los días posteriores al trasplante. Justo después del TMF, los pacientes receptores sufren de nuevo una colonización por bacterias pertenecientes a los géneros Bifidobacterium y Blautia, conocidas poranular la toxicidad de los ICI en un modelo murino y asociadas a una reducción de la inflamación intestinal. Si bien estos resultados preliminares requieren confirmación, dejan ya entrever una respuesta a necesidades terapéuticas que irán creciendo probablemente al mismo ritmo que el uso de ICI.
*Antígeno 4 del linfocito T citotóxico, receptor de muerte programada 1, ligando del receptor de muerte programada 1, respectivamente.