Se confirma la presencia de una disbiosis en la enfermedad de Crohn infantil
En niños recién diagnosticados de la enfermedad de Crohn, pero todavía no tratados, se observa una disminución de la riqueza y diversidad de la microbiota fecal, en especial una reducción significativa de la abundancia de bacterias productoras de butirato.
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Acerca de este artículo
La prevalencia de la enfermedad de Crohn (EC), trastorno inflamatorio que puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo, está aumentando en los niños. Como todas las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (EICI), parece guardar una estrecha relación con modificaciones de la microbiota entérica. Con el objetivo de analizar su estructura en el estadio precoz de la enfermedad, un equipo estudió, mediante muestras fecales, la microbiota de 64 niños todavía no tratados y de 18 controles sanos.
Menor diversidad
En los niños con EC, la riqueza (número de taxones) y la diversidad (abundancia relativa) de la microbiota son menores en comparación con los controles: 11 géneros y 17 especies diferían de manera significativa entre los 2 grupos, con menos Actinobacteria y Firmicutes, y mayor abundancia de Enterococcus en el grupo de niños con EC. Los autores también observaron, en estos últimos, una reducción significativa de la abundancia de ciertos géneros y especies productoras de butirato, como Bifidobacterium adolescentis. Estos resultados confirman los de estudios anteriores realizados en niños y adultos.
Inflamación local
Además, cuando aumentan los niveles de calprotectina fecal (marcador de inflamación) y la actividad de la enfermedad, se observan una menor abundancia de varios taxones y una disminución de la riqueza de la microbiota, lo cual sugiere que existe una relación entre la disbiosis y la inflamación del tracto gastrointestinal. Aunque resulta imposible determinar si la disbiosis es la causa de la inflamación o su consecuencia, los autores mencionan un círculo vicioso: una inflamación persistente refuerza la disbiosis y viceversa. Por el contrario, ningún cambio de diversidad de la microbiota se asocia a marcadores bioquímicos como la proteína CRP, lo cual tiende a indicar que la inflamación local (situada en el tracto gastrointestinal y reflejada por una concentración elevada de calprotectina) es más importante que el estado inflamatorio general.
¿Hacia tratamientos dirigidos a la microbiota?
Según los autores, si la disbiosis de la microbiota intestinal es uno de los factores de riesgo de desarrollo y persistencia de la inflamación en las EICI, entonces el protocolo terapéutico debe incluir un tratamiento centrado en la microbiota (antibióticos, probióticos y prebióticos, trasplante de microbiota fecal). Además, podría considerarse la posibilidad de administrar un tratamiento preventivo basado en la microbiota en los grupos de alto riesgo. Por último, la ausencia de Faecalibacterium prausnitzii y de B. adolescentes (e incluso la disminución de la abundancia de Roseburia) en las heces podría servir de biomarcador de la disbiosis característica de la EC.