Efectos de la dieta occidental sobre la capa de moco
por la Dra. Larissa Celiberto
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El consumo de fibras ayuda a regular la defecación. Además, como las enzimas humanas no son capaces de digerir las fibras, estas pueden servir de nutrientes importantes para la microbiota intestinal que produce enzimas distintas capaces de fermentar y degradar las fibras y transformarlas en metabolitos importantes como los AGCC.28
FIGURA 4: Comparación de los efectos de la dieta occidental con los de dietas ricas en fibras y vitaminas sobre la homeostasis local y sistémica y la inmunidad.
Adaptado de Siracusa F et al, 2019.26
puede representar una fuente de energía alternativa para ciertos microbios intestinales (80 % de su masa se compone de azúcares) cuando la dieta presenta una carencia de fibras.29 Este aumento en el consumo de moco por parte de las bacterias intestinales puede resultar nocivo. De hecho, algunos estudios han demostrado que los ratones que reciben una dieta sin fibras son más propensos a contraer infección e inflamación intestinal. Esta susceptibilidad se debe a la microbiota residente que erosiona la capa de moco, de tal forma que no puede continuar protegiendo al epitelio subyacente de la invasión de patógenos.29 La dieta occidental tiende a modificar la composición de la microbiota en favor de especies bacterianas que prosperan en la capa de moco y en detrimento de aquellas que degradan las fibras (Fig 4).30 Por consiguiente, la dieta occidental puede conducir a la pérdida de microbios protectores y a la proliferación de microbios que debilitan las principales defensas y barreras intestinales, desencadenando procesos inflamatorios intestinales crónicos.
¿Qué es la dieta occidental?
La dieta occidental contiene abundantes grasas, azúcares, alimentos procesados y pesticidas ambientales, y carece de fibras. La dieta occidental se ha asociado con la obesidad y con afecciones inflamatorias y metabólicas como la diabetes de tipo 2, la resistencia a la insulina y las EII.26 Además de incluir alimentos excesivamente calóricos y de baja calidad, se caracteriza por una importante carencia de fibras debido a la falta de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Esto hace que sea extremadamente difícil alcanzar la ingesta diaria recomendada de fibras de 28–35 g27 en adultos.