La horchata, una «superbebida» para la microbiota intestinal
Un gran vaso de horchata todas las mañanas durante 3 días basta para mejorar el equilibrio bacteriano de la microbiota intestinal. Es lo que sugiere un estudio realizado por un equipo de investigadores de Valencia, España.
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Acerca de este artículo
Tiene el color de la leche y la textura de la leche, pero no es leche. La horchata, preparada con tubérculos de chufa, es una bebida española típica de Valencia (España) que no solo tiene virtudes refrescantes sino que también favorece la proliferación de bacterias intestinales beneficiosas para la salud.
¡Horchata, sí, pero no cualquiera!
En España, la horchata a menudo se vende en botella en forma esterilizada, azucarada y con emulsionantes, estabilizantes y aromatizantes. ¡No hay que contar con este tipo de producto ultratransformado para mejorar el estado de salud! Para disfrutar de las virtudes de la horchata, y de la chufa, tiene que ser fresca (no esterilizada ni pasteurizada), sin azúcar y sin aditivos. Concretamente, se sospecha que los emulsionantes aumentan el poder patógeno de ciertas bacterias y favorecen la inflamación del intestino.1 ¡Así que, antes de beber un vaso de horchata, hay que verificar bien la receta y preferir productos caseros!
Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pidió a 31 adultos sanos que bebieran todas las mañanas durante 3 días con el desayuno un vaso de horchata de 300 ml. Los científicos recogieron las heces de los voluntarios antes y después de la prueba.
El objetivo era analizar los efectos de la horchata sobre las bacterias de la microbiota intestinal.
Efectos similares a los de una dieta rica en fibra
Los resultados muestran que la horchata modificó positivamente la microbiota intestinal de los voluntarios2.
De manera general, los nuevos perfiles bacterianos eran similares a los de personas que siguen una dieta rica en vegetales o cercana a la (sidenote: Dieta mediterránea Dieta rica en frutas, verduras, cereales, oleaginosas (nueces) y pescado, y pobre en carne roja, grasas saturadas y productos lácteos. Lăcătușu CM, Grigorescu ED, Floria M, et al. The Mediterranean Diet: From an Environment-Driven Food Culture to an Emerging Medical Prescription. Int J Environ Res Public Health. 2019 Mar 15;16(6):942. ) . En la microbiota intestinal de los voluntarios, los investigadores observaron la presencia de abundantes bacterias productoras de butirato, un (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) (AGCC) conocido por sus numerosos efectos beneficiosos sobre la salud.
Cuenta la leyenda que el nombre se debe a Jaime I de Aragón, en el siglo XIII, que, al probar la famosa bebida que le ofrecía una joven valenciana, declaró «¡açò no és ilet, açò és or, xata!» (¡esto no es leche, esto es oro, chata!).
En su próximo viaje, tenga en cuenta algunos consejos para evitar incidentes diplomáticos… y pedir una horchata con tranquilidad. La horchata de chufa es una bebida tradicional de Valencia hecha con tubérculos rehidratados de chufa comestible. No debe confundirse con la horchata mexicana, que se elabora con arroz, leche y canela.
También observaron que los cambios dependían del perfil bacteriano inicial. Podían distinguirse dos grandes grupos de microbiota después del consumo de la bebida: uno rico en Akkermansia, Christenellaceae y Clostridiales, y el otro con presencia destacable de Faecalibacterium, Bifidobacterium y Lachnospira. Algunas de estas bacterias ya se conocen por sus efectos beneficiosos:
- mejor control del peso,
- disminución del riesgo de diabetes,
- mejora de la respuesta inmunitaria…
Un contenido elevado de almidón resistente y de polifenoles: ¡viva la chufa!
¿Cómo se explican estos cambios?
Los tubérculos de chufa (Cyperus esculentus o juncia avellanada), a partir de los cuales se elabora la horchata, presentan un contenido relativamente elevado de almidón resistente. Este compuesto podría, según los investigadores, «alimentar» a ciertas bacterias beneficiosas como Akkermansia, Lactobacillus o Bifidobacterium y favorecer así su desarrollo.
La chufa también contiene numerosos polifenoles, que contribuyen a frenar la proliferación de otras especies bacterianas gracias a sus efectos antimicrobianos.