La discriminación, difícil de digerir
Tratar desfavorablemente a una persona a causa de sus características personales (sexo, origen, religión…). La discriminación, azote de nuestras sociedades, parece tener efectos variables según el origen de los individuos. Estos efectos podrían explicarse por alteraciones del eje intestino-cerebro. Explicaciones.
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Acerca de este artículo
Color de la piel, edad, sexo…, la discriminación puede adquirir numerosas formas, pero alimenta el mismo deseo: el rechazo, el alejamiento de una persona o de un grupo de personas. Según un estudio efectuado con diferentes poblaciones estadounidenses, la discriminación alteraría a la vez el aparato digestivo (la microbiota intestinal concretamente) y el sistema cerebral, así como el eje de comunicación que los relaciona (se habla de eje intestino-cerebro). Lo más sorprendente es que los efectos y los mecanismos que entran en juego dependerían del origen de las personas.
Efecto de la discriminación: una microbiota intestinal desbaratada en los afroamericanos
En los afroamericanos, una discriminación intensa, generalmente relacionada con el color de la piel, llega a modificar las bacterias presentes en la microbiota intestinal: es lo que se llama la disbiosis.
Los investigadores observan, por ejemplo, un aumento de la cantidad de bacterias, sobre todo de la bacteria proinflamatoria Prevotella copri, en personas afroamericanas que sufren una gran discriminación. Una prueba cerebral de diagnóstico por la imagen (resonancia magnética: RM) muestra la activación de zonas implicadas en la regulación de las emociones negativas. En el aspecto mental, la ansiedad y el estrés aumentan en caso de discriminación intensa (como en todas las demás poblaciones), pero no se ha observado ninguna relación entre discriminación y salud mental (a diferencia de las otras comunidades). Según los autores, en los afroamericanos, la discriminación produciría una inflamación intensa, pero esta población estaría menos sujeta a la depresión y sería más resiliente.
Mecanismos diferentes para las otras comunidades
Análisis similares de la microbiota intestinal, los marcadores sanguíneos, la actividad cerebral y el estado mental muestran respuestas muy diferentes en las otras poblaciones.
- En los hispanos, la discriminación se asocia también a la inflamación, pero mejores estrategias de adaptación y un control cognitivo podrían contrarrestar sus efectos.
- En la población asiática, los mecanismos parecen muy diferentes: una mayor discriminación se asocia a más metabolitos sanguíneos relacionados con el colesterol y una actividad cerebral que sugiere una compensación del estrés a través de los alimentos grasos.
- Finalmente, en las personas de origen caucásico, la discriminación se suele relacionar con la edad y el sexo. Se asocia a la ansiedad, pero sin inflamación. En el aspecto intestinal, se observa una concentración reducida de bacterias P. Copri con respecto a las comunidades hispanas y afroamericanas. La RM de estas personas también muestra alteraciones cerebrales que podrían reflejar una dificultad para el enfrentamiento.