Enfermedades inflamatorias crónicas del intestino
Aunque la colitis por Clostridium difficile constituye la única indicación, por el momento, del trasplante de microbiota fecal (TMF), todas las enfermedades en las que se sospecha de la implicación de la microbiota intestinal suscitan el interés de los científicos. Recapitulemos sobre los avances de la investigación, de las enfermedades intestinales al cáncer, pasando por los trastornos neurológicos.
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Las EICI (enfermedades inflamatorias crónicas del intestino)
se caracterizan por una inflamación de la pared del tubo digestivo. En la enfermedad de Crohn (EC), las lesiones pueden afectar a todo el aparato digestivo, de la boca al ano, pero se localizan con mayor frecuencia en la parte terminal del intestino delgado y en el colon; en la colitis ulcerosa (CU), se limitan al colon y el recto12.
El cuadro de las EICI consiste en brotes inflamatorios de duración y frecuencia variables de un paciente a otro, entrecortados por períodos de remisión. Provocan dolor abdominal agudo, diarrea severa (entre 5 y 10 deposiciones al día) acompañada de sangre y pus en caso de CU; en las formas severas, aparecen otros síntomas y complicaciones, como fiebre, taquicardia, náuseas, vómitos, adelgazamiento y deshidratación. Las EICI se manifiestan también por síntomas extraintestinales, en especial, dolor articular, lesiones en la piel y las mucosas (ulceraciones cutáneas, aftas, glositis –inflamación de la lengua–...) o trastornos hepáticos y oculares13.
Desequilibrio de la microbiota
El análisis de la microbiota intestinal de pacientes con CU reveló una menor diversidad de especies microbianas14, en especial, una disminución del número de Firmicutes y Bacteroidetes. Pero lo que se asocia, sobre todo, a las EICI es la escasa cantidad de Faecalibacterium prausnitzii y el exceso de Proteobacterias y Actinobacterias. Este desequilibrio da lugar a una disminución de la producción de ácidos grasos de cadena corta, sustancias beneficiosas de las que se alimentan las células del colon y que desempeñan un papel importante en la regulación del sistema inmunitario. Por lo tanto, se pensó en el trasplante de microbiota fecal (TMF), evidentemente, para tratar esta enfermedad.
Beneficios moderados en la colitis ulcerosa
De los cuatro ensayos clínicos publicados sobre la CU, tres llegaron a la conclusión de que este enfoque era interesante. Sin embargo, en su globalidad, los efectos beneficiosos son claramente más moderados que para el tratamiento de la colitis por C. difficile y podrían depender del donante, de ahí la importancia de la selección. Varios resultados plantean nuevas preguntas: ¿solo algunos microorganismos son eficaces?, en este caso, ¿cuáles? ¿Hay que preparar al paciente administrándole un enema o una antibioterapia? ¿Qué vía de administración es preferible? ¿La restauración de la microbiota intestinal es duradera o hay que repetir los trasplantes? Preguntas a las que es imperativo responder antes de pensar seriamente en proponer la utilización del trasplante de heces como alternativa terapéutica para la colitis ulcerosa.
12 Pierre Desreumaux (Unité Inserm 995). Maladie inflammatoires chroniques de l’intestin. Inserm. 2016
13 Maladies inflammatoires chroniques de l’Intestin (MICI). Inserm. Fév. 2016