Enfermedad de Alzheimer: la culpabilidad de la microbiota intestinal
Unos investigadores han conseguido «transmitir» síntomas de la enfermedad de Alzheimer a ratas jóvenes, simplemente trasplantándoles la microbiota intestinal de pacientes enfermos. Estos microorganismos han sido suficientes para alterar su memoria espacial.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
La enfermedad de Alzheimer se considera multifactorial: la genética, el modo de vida y en entorno están implicados. Pero, según un estudio publicado en la revista Brain 1 en octubre de 2023, parece ser que la microbiota intestinal también desempeña un papel. Y no de los menores: el simple transplante a ratas jóvenes de la microbiota intestinal de pacientes con enfermedad de Alzheimer basta para producir en los animales alteraciones de su memoria espacial, un síntoma típico de la enfermedad.
Una microbiota intestinal desequilibrada
Ya se sabía que los pacientes con enfermedad de Alzheimer presentaban una alteración de la microbiota intestinal. Los autores confirman de nuevo esta observación, por ejemplo, con una reducción en los enfermos de bacterias del género Coprococcus, asociadas a un envejecimiento con buena salud.
La microbiota intestinal
Pero, sobre todo, demuestran que estas alteraciones se asocian al estado clínico de los pacientes y, de manera más concreta, al buen resultado de una prueba de evaluación de las capacidades cognitivas y de la memoria llamada MMSE: cuanto más presentes estén ciertas bacterias consideradas beneficiosas para la salud, más elevada es la puntuación MMSE; a la inversa, la abundancia de bacterias perjudiciales (Desulfovibrio, por ejemplo) se asocia a una degradación de la puntuación MMSE. Así pues, las bacterias intestinales se asocian al rendimiento cognitivo de los pacientes.
Una transferencia de microbiota intestinal… y de enfermedad
Pero ¿cómo hay que comprender esta relación intestino-cerebro? ¿La microbiota intestinal contribuye a la enfermedad de Alzheimer o también sufre la enfermedad?
Para responder a la pregunta, el equipo ha tomado muestras de heces de donantes sanos y de enfermos de Alzheimer, y las ha trasplantado a ratas jóvenes adultas. Resultado: en las ratas que recibieron la microbiota «Alzheimer», la cantidad de bacterias perjudiciales Desulfovibrio aumenta, el aparato digestivo se modifica (heces más húmedas, acortamiento del colon…) y, sobre todo, las ratas realizan peor los ejercicios que requieren memoria espacial a largo plazo. Es decir, unos síntomas comparables a los de los seres humanos afectados por la enfermedad.
Diez millones de nuevos casos al año
Existen actualmente más de 55 millones de personas con demencia en el mundo. Cada año, se diagnostican cerca de 10 millones de nuevos casos. 2
Los experimentos complementarios parecen indicar que el trasplante alteró en estas ratas un proceso que permite producir nuevas neuronas. ¿Cómo puede «subir al cerebro» lo que ocurre en el tubo digestivo? Sin duda, por la circulación sanguínea: la microbiota intestinal desequilibrada fabricaría pequeñas moléculas capaces de franquear la barrera del cerebro y poner en peligro los procesos de regeneración de las neuronas.
Es cierto que solo se trata de resultados preliminares que otros estudios deberán reforzar. Pero permiten considerar a la enfermedad de Alzheimer desde un ángulo mucho más amplio que solo el cerebro. ¿Podrían esto inspirar un día nuevas perspectivas encaminadas a retrasar la aparición o a ralentizar el avance de las demencias e incluso los trastornos neurodegenerativos y cognitivos en general?