Beneficios a largo plazo de un tratamiento mediante transferencia de microbiota en los síntomas del autismo y la microbiota intestinal
Artículo Comentado - Niño
Por el Pr. Emmanuel Mas
Gastroenterología y nutricíon, Hospital de Niños, Toulouse, Francia
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Acerca de este artículo
Comentario del artículo original de Kang et al. (Sci Rep 2019) [1]
En numerosos estudios se ha descrito una microbiota intestinal anormal en personas con trastornos del espectro autista (TEA), lo que sugiere que existe un vínculo entre el microbioma intestinal y los comportamientos similares a los del autismo. La modificación del microbioma intestinal es una vía potencial para la mejora de los síntomas gastrointestinales (GI) y de la conducta de niños con TEA, y el trasplante de microbiota fecal podría transformar el microbioma intestinal disbiótico en un microbioma sano, al aportar un gran número de bacterias comensales de un donante sano. Previamente, los autores habían realizado un estudio abierto de la terapia de transferencia de la microbiota (TTM) que combinaba antibióticos, una limpieza intestinal, un supresor de ácido gástrico y un trasplante de microbiota fecal, y habían observado mejoras significativas en los síntomas gastrointestinales, en los síntomas relacionados con el autismo y de la microbiota intestinal. Los autores presentan un seguimiento realizado en los mismos 18 participantes dos años después del tratamiento. Hay que destacar que la mayoría de las mejoras de los síntomas gastrointestinales se mantuvieron y que los síntomas relacionados con el autismo mejoraron aún más después de haber finalizado el tratamiento. Durante el seguimiento, se observó que al final del tratamiento se mantenían importantes cambios de la microbiota intestinal, en concreto, un aumento significativo de la diversidad bacteriana y una abundancia relativa de Bifidobacterium y de Prevotella. Sus observaciones demuestran la inocuidad y la eficacia a largo plazo de la TTM, como tratamiento potencial para niños con TEA que padezcan problemas gastrointestinales, y justifican un estudio doble ciego y controlado con placebo en el futuro.
¿Qué se sabe ya sobre este tema?
Padecen diversos síntomas gastrointestinales (estreñimiento, diarrea, distensión abdominal). Además, en los niños con autismo, existe una disbiosis de la microbiota intestinal caracterizada por un aumento de la proporción Firmicutes/Bacteroidetes debido a una disminución de Bacteroidetes. Es posible que esta disbiosis perturbe el eje intestino-cerebro, favoreciendo a la vez los síntomas digestivos y de la conducta relacionados con el autismo.
El tratamiento por transferencia de la microbiota incluye una preparación digestiva inicial con antibioticoterapia por vancomicina durante 14 días y una preparación cólica a los 15 días, seguida de un trasplante fecal con una alta dosis inicial de microbiota digestiva humana estandarizada (por vía oral o rectal) y una dosis baja de mantenimiento durante 7-8 semanas, combinadas con un tratamiento con inhibidores de la bomba de protones a partir de D12. Previamente, Kang et al., habían declarado que este tratamiento permitió una reducción del 80 % de los síntomas digestivos y una reducción menor de los síntomas conductuales de los niños con autismo, asociadas a una modificación de la microbiota intestinal, con un seguimiento de 8 semanas [2].
¿Cuáles son los principales resultados aportados por este estudio?
En este artículo, los autores volvieron a evaluar a los 18 niños autistas dos años después del tratamiento inicial por transferencia de microbiota. La mejora de los síntomas digestivos, medidos mediante un cuestionario (Gastrointestinal Symptom Rating Scale), se mantuvo con una reducción del 58 % (Figura 1). Todos los síntomas digestivos mejoraron (dolores, dificultades de digestión, diarrea y estreñimiento) En todos los casos se observó una mejora del tránsito, con una reducción del 26 % del porcentaje de días con heces anormales.
Las familias declararon que se había producido una mejora constante de los signos autísticos. La intensidad de los TEA, evaluada mediante la Childhood Autism Rating Scale, remitió en un 47 % respecto del inicio del estudio (Figura 2). Según la Aberrant Behavior Checklist se observó una mejora del 35 % de las conductas; mejora que continuó, pues era del 24 % al finalizar las ocho semanas. Se analizó la microbiota intestinal de 16 de los 18 niños con el análisis ARN 16S. La diversidad bacteriana era mayor a los dos años que después de ocho semanas de seguimiento (Figura 3). A los dos años persistía una abundancia relativa aumentada de Bifidobacterium y Prevotella, mientras que la de Desulfobivrio no persistía de manera significativa.
Puntos clave
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El tratamiento por transferencia de microbiota tiene un efecto persistente pasados dos años del tratamiento inicial en los síntomas digestivos.
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Asimismo, pasados dos años, tiene un efecto en los síntomas del espectro autista.
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Es necesario realizar estudios para comprobar si, incluso sin manifestaciones digestivas, la transferencia de la microbiota podría tener efectos en la conducta.
¿Cuáles son las consecuencias en la práctica?
Estos resultados demuestran que el tratamiento por transferencia de la microbiota tiene un efecto duradero a largo plazo en la microbiota intestinal. Asimismo, permite mejorar de manera significativa y duradera los síntomas digestivos y comportamentales. Ahora es indispensable realizar un estudio aleatorizado controlado doble ciego en niños con autismo que presenten o no signos digestivos. Efectivamente, es posible que exista una disbiosis con un impactoen el eje intestino-cerebro, incluso en ausencia de signos digestivos. Los resultados de este estudio deben confirmarse antes de utilizarlos en la práctica clínica.
Conclusión
Este estudio confirma el interés de un tratamiento por transferencia de microbiota en niños con autismo. El tratamiento inicial tiene efectos persistentes a los dos años en la microbiota y los signos digestivos, e incluso una mejora continuada de la conducta.