Papel de la microbiota vaginal en la salud reproductiva y en la de las generaciones futuras
Tras haberse concentrado específicamente en la microbiota intestinal durante varios años, los investigadores ahora están ampliando su campo de estudio a la comunidad bacteriana vaginal ya que podría desempeñar un papel importante en la salud de las mujeres y la de sus bebés.7 Algunos científicos8 piensan incluso que los microbios representan la herencia más preciosa que puede recibir un hijo de su madre.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Capítulos
Acerca de este artículo
30% 1 de cada 3 mujeres también sabe que el parto, ya sea vaginal o por cesárea, afecta a la microbiota intestinal del recién nacido
La composición de la microbiota vaginal varía a lo largo de la vida de la mujer: mientras que en adolescentes prepúberes contiene cantidades reducidas de Gardnerella vaginalis, Prevotella y lactobacilos, después de la pubertad estos últimos son prácticamente los únicos microorganismos que la colonizan. Los lactobacilos garantizan la buena salud de las mujeres luchando contra patógenos. Su disminución se asocia con distintos trastornos ginecológicos que abarcan desde parto prematuro hasta infertilidad, pasando por infecciones de transmisión sexual o enfermedades inflamatorias pélvicas. Poco antes de la menopausia, las variaciones hormonales provocan cambios importantes en la composición de la microbiota vaginal, que recupera un equilibrio diferente en las mujeres posmenopáusicas.
Microbios y reproducción
La microbiota vaginal podría estar implicada en la fertilidad, independientemente de que el embarazo se consiga por concepción natural o por fecundación in vitro (FIV). La presencia de las bacterias Gardnerella vaginalis y Atopobium vaginae en la microbiota vaginal se ha asociado con tasas de embarazo más bajas, mientras que el tratamiento de la vaginosis bacteriana –frecuente en caso de infertilidad– mejora sus probabilidades de conseguir el embarazo. El éxito depende asimismo de la proporción de lactobacilos en las secreciones sexuales masculinas y de la presencia de determinadas especies en las trompas de Falopio y la mucosa uterina (endometrio), cuya microbiota podría aumentar o reducir la probabilidad de implantación del embrión.
La salud del bebé comienza in utero
El sistema inmunitario y metabólico del bebé parece estar predeterminado desde la vida intrauterina a través de la exposición a los microbios maternos presentes en la placenta y el líquido amniótico. Estos microorganismos también están presentes, al menos parcialmente, en las primeras heces del recién nacido (meconio). Por el momento se desconoce si la placenta alberga su propia microbiota. Sin embargo, se sabe que es similar a la flora materna oral, lo cual podría explicar por qué las mujeres embarazadas que padecen afecciones periodontales están expuestas a un mayor riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con el embarazo. Por otro lado, se ha observado una asociación entre ciertas variaciones de su composición y partos prematuros.
Riesgos y beneficios
Si bien la madre representa un almacén de microbios para su hijo, otros factores están implicados en la modulación de la microbiota del bebé. La administración de antibióticos a la madre (especialmente a partir del segundo trimestre de embarazo) se asocia con un mayor riesgo de obesidad infantil, al igual que la cesárea porque el bebé no entra en contacto con la microbiota vaginal materna. A la inversa, según la investigadora Jessica Younes, los probióticos parecen ser beneficiosos tanto para la madre como para el futuro bebé. En la mujer embarazada, podrían atenuar el riesgo de parto prematuro, diabetes gestacional, depresión posparto e infecciones urinarias y vaginales, mientras que en el recién nacido podrían reducir los cólicos, la predisposición a ciertas alergias (atopia), la resistencia a los antibióticos y atenuar (o incluso suprimir) el riesgo de enterocolitis necrotizante, que es una afección mortal. Por su parte, la lactancia, ya sea materna o con fórmula, podría también ejercer una gran influencia en la formación de la microbiota del niño, aunque todavía se desconocen sus efectos en la salud infantil.
8 Conferencias organizadas en 2015 y 2016 en Ámsterdam, con el título «Los microbios de la mujer»