Dispepsia funcional: un nombre complicado para un trastorno digestivo común
A pesar de su nombre rebuscado, este trastorno digestivo es muy frecuente y se acompaña de dolor o molestias localizadas en el estómago. Para acabar con él, la modulación de la microbiota intestinal con probióticos parece representar una solución a la vez eficaz y pertinente.
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Acerca de este artículo
Dispepsia funcional: un nombre rebuscado para una enfermedad bien conocida que afecta prácticamente a 1 persona de cada 10, sobre todo a mujeres, fumadores y consumidores de antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, ketoprofeno). De hecho, la dispepsia funcional designa un trastorno digestivo frecuente, caracterizado por dolor o molestias crónicas en la región del estómago.
Los síntomas se describen, en general, como la sensación desagradable de tener el estómago demasiado lleno después de una comida (aunque no sea pantagruélica), la sensación de saciedad apenas comenzar a comer, o la presencia de dolor o ardor en el estómago, todo ello durante semanas.
250 a 400 m2 el aparato digestivo humano constituye la superficie de intercambio más grande del cuerpo.
98% Proteobacteria, Firmicutes, Actinobacteria y Bacteroidetes representan más del 98% de la microbiota intestinal total en los individuos sanos.
De la disbiosis a la dispepsia
Aunque las causas –múltiples– y los mecanismos de la dispepsia funcional aún no se conocen perfectamente, se culpa a la microbiota intestinal, empezando por la bacteria Helicobacter pylori que a veces se instala en el estómago y parece contribuir ampliamente al desarrollo y la progresión de la dispepsia funcional, probablemente mediante una inflamación de la mucosa gastrointestinal y alteraciones de la motilidad intestinal.
40% Más del 40% de los pacientes en el mundo sufren trastornos gastrointestinales funcionales, siendo la dispepsia funcional uno de los más frecuentes.
3 a 5% La dispepsia funcional representa del 3 al 5% de las consultas al médico general.
De forma más general, toda la microbiota intestinal podría estar implicada, tanto directamente (un desequilibrio en la composición y abundancia podría producir una disfunción) como indirectamente a través de los metabolitos producidos por las bacterias que pueden ejercer efectos protectores (por ejemplo, (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) producidos por Firmicutes) o dañinos (esfingolípidos proinflamatorios producidos por Bacteroidetes y Prevotellacae) sobre el huésped.
2/3 de las personas afectadas por la dispepsia funcional padecen síntomas persistentes e irregulares que pueden afectar a su calidad de vida e incluso a su bienestar psicológico.
8 veces El riesgo de padecer el síndrome del intestino irritable es aproximadamente 8 veces mayor en las personas con dispepsia funcional que en la población general.
Curar a través de la microbiota
La consecuencia directa de la implicación de la microbiota gastrointestinal en la dispepsia funcional es la búsqueda de soluciones para restaurar esta microbiota y, con ello, la salud del huésped (el paciente). Varios ensayos clínicos 1 realizados en pacientes parecen demostrar que los probióticos son capaces de mejorar en gran medida los síntomas al reequilibrar la microbiota intestinal.
Otro enfoque, un poco más agresivo, consiste en administrar antibióticos de amplio espectro que eliminan las bacterias indeseables. Este manguerazo resulta muy eficaz, sobre todo en las mujeres, pero produce muchos efectos colaterales dañinos sobre las bacterias beneficiosas. Esto explica por qué continúan las investigaciones para comprender mejor los mecanismos implicados y proponer métodos diagnósticos y tratamientos específicos y eficaces.