Cuando los edulcorantes alteran el control glucémico y perturban la microbiota
¿Creía que los edulcorantes le eran útiles porque limitan el consumo de azúcar y el aumento de peso? No está tan claro. Un estudio en el ser humano muestra efectos preocupantes sobre la glucemia, más o menos marcados y que dependerían de la composición de la microbiota intestinal. Explicaciones.
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Acerca de este artículo
El placer sin la culpabilidad, el sabor dulce del azúcar sin sus calorías ni los problemas de salud que pueden aparecer (obesidad, diabetes…) en caso de exceso de aporte: esta es la promesa de los edulcorantes, unos sustitutos del azúcar que se añaden tanto a las bebidas del tipo de los refrescos light como a los alimentos del tipo de las galletas aligeradas, cuyo consumo va en aumento. ¿Demasiado bonito para ser verdad? Es lo que sugiere un estudio israelí realizado en 120 adultos, a los que los investigadores pidieron que consumieran durante 2 semanas uno de los cuatro edulcorantes siguientes: sucralosa, sacarina, aspartamo o estevia.
El 25,1 % de los niños y el 41,4 % de los adultos estadounidenses consumían NNS en 2009, cifras en aumento con respecto a los estudios precedentes.
Un impacto sobre la glucemia variable según los individuos
Ironías de la ciencia, los grupos que habían recibido ciertos sustitutos del azúcar —sucralosa o sacarina— no tardaron el presentar una elevación anormal de la concentración sanguínea… de azúcar (glucemia). Sin embargo, dentro de un mismo grupo, se observaron respuestas glucémicas muy heterogéneas de un individuo a otro. Ante esta heterogeneidad, las miradas de los investigadores se volvieron hacia la microbiota intestinal, específica de cada individuo y ya conocida por desempeñar un papel directo en la digestión. Constataron entonces que los cuatro edulcorantes modificaban, cada uno a su manera, la composición de la microbiota intestinal (y oral) y/o sus funciones. Estas modificaciones se correlacionaban con los efectos observados sobre la glucemia, lo cual sugiere que podrían ser su origen.
La microbiota intestinal, la «plataforma giratoria» de los edulcorantes
Para saberlo a ciencia cierta, los investigadores transfirieron la microbiota intestinal de los participantes a ratones llamados (sidenote: Ratones axénicos Ratones sin gérmenes, criados en medio estéril. ) . Esta única manipulación fue suficiente para reproducir en los ratones receptores las respuestas glucémicas observadas en los donantes respectivos, lo cual confirmó su hipótesis. Es decir que la glucemia de los ratones se elevaba si recibían la microbiota de los participantes cuya glucemia también se veía afectada. Los investigadores comparan la microbiota a un centro de reactividad, que reaccionaría más o menos a los edulcorantes según su composición.
Aunque algunos individuos parecen más protegidos que otros por su microbiota frente a los edulcorantes, estos resultados ponen seriamente en duda la supuesta inocuidad de estas sustancias. En espera de próximos estudios que permitan esclarecer las recomendaciones para la salud, su próximo refresco, tanto si lleva azúcar como edulcorante, puede dejarle un gusto amargo.