Pr. Patrice Debré
El profesor Patrice Debré es Profesor Emérito de Inmunología en la Universidad de la Sorbona y miembro de la Academia Nacional de Medicina. Para este ex Jefe del servicio de Inmunología del Hospital Pitié-Salpêtrière (APHP, Paris) y ex Director de unidades de investigación del CNRS y del Inserm, el estudio de la microbiota intestinal es imprescindible para una mejor comprensión de numerosas patologías humanas no transmisibles, particularmente las que tienen un componente inmunitario.
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SISTEMA INMUNITARIO: ES IMPRESCINDIBLE TENER EN CUENTA LA MICROBIOTA INTESTINAL
¿En qué punto se encuentra la investigación sobre la relación entre la inmunidad y la microbiota intestinal?
El conocimiento de la microbiota, descubierta por Pasteur pero olvidada durante mucho tiempo, ha mejorado en los últimos veinte años. Los adelantos técnicos (cultivo de bacterias y metagenómica) han permitido identificar mejor las bacterias del tubo digestivo, hasta el momento poco accesibles. No obstante, es necesario perfeccionar nuestros conocimientos sobre su interacción con los mecanismos de defensa del organismo, sobre los mecanismos de intervención de la microbiota (intestinal y otras) en el desarrollo del sistema inmunitario, que a su vez repercute en la heterogeneidad de los patógenos. La noción de “shaping” (o modulación de las bacterias intestinales por la producción de IgA en el tubo digestivo) es un fenómeno importante. Esta vía de investigación todavía poco explorada será imprescindible en los próximos años. Las interacciones entre la microbiota intestinal y la inmunidad constituyen un verdadero cambio de paradigma y los resultados de su observación no han sido valorados en su justa medida hasta el momento.
¿Conocemos todas las patologías asociadas a esta relación?
Estas patologías son diversas. Sin seguir un orden jerárquico y en relación con el sistema inmunitario, conviene mencionar enfermedades autoinmunes y alérgicas, caracterizadas por una pérdida de la tolerancia inmunológica. El cáncer se caracteriza por fenómenos inflamatorios y por una ruptura del equilibrio fisiológico entre poblaciones bacterianas (disbiosis). De manera menos evidente, refiriéndonos al sistema inmunitario, hay que mencionar la obesidad y las enfermedades metabólicas en las se identificaron procesos inflamatorios relacionados con bacterias que se encuentran en el tejido adiposo. Las enfermedades neuropsiquiátricas podrían también tener un papel en todo esto: la producción intestinal de serotonina transportada hasta el cerebro a través del nervio vago merece ser investigada, aunque no es del todo evidente que esté relacionada con anomalías de la inmunidad. El autismo también merece ser considerado ya que varios estudios han sugerido una relación con la microbiota intestinal. Para confirmar esta hipótesis, hay que esperar a que se identifiquen de forma convincente los mecanismos subyacentes
Modulación de la microbiota intestinal: ¿para cuando una práctica clínica regular?
Podríamos contemplar la posibilidad de corregir la disbiosis o mejorar la flora intestinal con la ayuda de probióticos de segunda generación, es decir, más específicos de cada tipo de disbiosis en comparación con los de primera generación. Los trasplantes de microbiota fecal siguen siendo delicados debido a una falta de estandarización de los protocolos y de la recolección de muestras, así como de sus condiciones de almacenamiento hasta su utilización. La modulación de la microbiota intestinal se considera más bien como adyuvante. Por ejemplo, aunque se hayan establecido relaciones entre algunas poblaciones bacterianas y determinados tipos de cáncer, no es posible prescindir de los tratamientos antineoplásicos. Será necesario llevar a cabo estudios estandarizados para determinar qué poblaciones deben proliferar o cuáles deben ser destruidas; posteriormente será necesario comprobar la eficacia de las modificaciones inducidas y garantizar una colonización permanente. Antes de poder sacar conclusiones definitivas, conviene esperar nuevos adelantos en la investigación.