Timo, (falsa) ciencia y edición

La publicación de artículos científicos, imprescindible para la investigación, se enfrenta en la actualidad a dos males: las revistas depredadoras y los artículos amañados. Explicaciones. 

Fecha de publicación 25 Noviembre 2021
Fecha de actualización 26 Noviembre 2021

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 25 Noviembre 2021
Fecha de actualización 26 Noviembre 2021

Parecen artículos o revistas científicas, tienen el mismo aspecto..., pero no son ni artículos ni revistas científicas dignas de este nombre. En la actualidad, dos grandes males gangrenan el mundo de la publicación científica: las «falsas» revistas y los «falsos» artículos.

Las revistas depredadoras (predatory journals)

Las revistas depredadoras se basan en un principio muy simple: publican artículos porque los autores les pagan por ello, no por la calidad del artículo. Esto permite a ciertos autores publicar resultados mediocres que no merecen tanta difusión. Y también permite a grupos de interés valorizar estudios que saben que están sesgados o son falsos, para promocionar el sector o el producto que representan (un medicamento, por ejemplo). Lo preocupante es que resulta difícil identificar estas revistas depredadoras, porque se parecen como dos gotas de agua a verdaderas revistas, de las que a veces plagian incluso parte del nombre. Hasta el punto de que auténticos científicos caen en la trampa, o bien publicando verdaderos artículos en estas revistas, o bien dejándose influenciar por los malos artículos que leen en ellas. Por suerte, existen listas de estas revistas depredadoras online (más de 14 000 títulos identificados a principios de 2021), publicadas por asociaciones e investigadores que no dejan de perseguirlas, como https://predatoryjournals.com.

Las fábricas de artículos (paper mills)

Además de estas «falsas revistas», existen también «falsos artículos» escritos por «fábricas» cuyo trabajo consiste en proporcionar a autores con poca inspiración o que quieren promocionar su carrera artículos preparados a cambio de un puñado de dólares. El problema es que los resultados científicos están fabricados de la nada y los datos son totalmente erróneos. De manera que se puede leer aquí y allá, incluso en revistas muy buenas que han sido engañadas, un artículo sobre el cáncer, por ejemplo, cuyos datos son auténtica ciencia ficción.

14 000 más de 14 000 títulos identificados a principios de 2021

400 Más de 400 artículos de investigación falsos publicados

Elisabeth Bik, una microbióloga neerlandesa especializada en integridad científica (¡y en la microbiota!), identificó más de 400 artículos de investigación falsos publicados en China por una sola de estas fábricas de artículos1. Por lo tanto, aunque los investigadores persigan sin descanso a estas ovejas negras de la edición científica, conviene ser prudente, porque todo el mundo puede caer en el engaño. Consciente de estos timos, el Biocodex Microbiota Institute selecciona con el mayor cuidado los artículos que publica en su página web.
 

Para ello ha creado los blogs Integrity Digest (sobre la integridad científica) y Microbiome Digest (sobre la investigación en microbiota).