Actualmente, está establecido que nuestra alimentación modela la composición de la microbiota y, por lo tanto, nuestra salud. Numerosos estudios demostraron que los buenos hábitos alimentarios influyen positivamente en la composición de la microbiota intestinal, pero son pocos los que exploraron la relación entre los hábitos alimentarios y la microbiota salival. Sin embargo, dado que la boca es la puerta de entrada de la alimentación, la microbiota salival podría reflejar nuestros comportamientos alimentarios y, por lo tanto, nuestro estado de salud.
Enfoque en el comportamiento alimentario de los adolescentes
Para saberlo, los autores desmenuzaron la microbiota salival de 842 adolescentes finlandeses sanos. Los adolescentes rellenaron un cuestionario para conocer sus comportamientos alimentarios y se clasificaron según si evitaban la fruta y la verdura (sin FV) (42,9%), si preferían comidas sanas (45,5%) o comida chatarra (11,6%) y, por último, si tomaban regularmente el desayuno (83,1%) y la cena (82,4%).
Muéstrame tu microbiota salival y te diré cómo comes
Sorprendentemente, la microbiota salival era similar tanto en su diversidad como en su composición a pesar de las preferencias alimentarias de los jóvenes (sin FV, comida sana o comida chatarra). En cambio, se observó que la regularidad de las comidas tenía una influencia en la diversidad: los adolescentes con una alimentación regular tenían una mayor diversidad microbiana que los que se saltaban comidas. Así pues, los «comedores irregulares» tendrían un riesgo elevado de presentar una disminución de la diversidad, sabiendo que se admite generalmente que una microbiota muy diversa es beneficiosa para la salud.
Asociación entre una mayor abundancia de bacterias y malos hábitos alimentarios
El estudio también demostró una gran abundancia de ciertas bacterias en la saliva de los adolescentes que adoptan una alimentación sin FV y los que se saltan comidas. Anteriormente, la presencia de estas bacterias en la saliva se asociaba a enfermedades bucodentales y a una higiene bucal deficiente. Según los autores, la regularidad de las comidas desempeñaría un papel más importante que los hábitos alimentarios en la composición de la microbiota salival; de hecho, algunas bacterias de la saliva podrían usarse como indicadores de malos hábitos alimentarios.