Microbiota 14 - Diciembre 2021
Estimados lectores: Cada día aprendemos un poco más sobre la función fundamental que desempeñan las distintas microbiotas en nuestra salud. Mecanismos de acción, vínculos entre disbiosis y ciertas patologías, función de prevención de la microbiota, interacción o incluso interconexión entre las distintas microbiotas de nuestro organismo, sinergia de acción entre la microbiota y ciertos fármacos... No pasa una semana sin que se publique un nuevo estudio que muestre la importancia de la microbiota. Este ritmo incluso se ha acelerado con la pandemia. Varios estudios publicados recientemente han arrojado nueva luz sobre la manera en que la microbiota intestinal puede alterarse a causa del virus (véase Microbiota 11, 12 y 13). Sin embargo, hoy en día no existe ningún estudio que haya examinado el efecto de la microbiota intestinal sobre la eficacia de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Ya sabemos que la vacunación sirve para activar la respuesta específica del sistema inmunitario. Puede que incluso exista una relación entre respuesta inmunitaria a la vacuna y composición de la microbiota intestinal. Es más, dicha respuesta varía de una persona a otra (por el estado de salud, las patologías crónicas, la edad, el estrés, etc.). Pero sigue habiendo interrogantes. ¿Qué causa las variaciones en la respuesta? ¿Qué función precisa desempeña la microbiota intestinal? El artículo de este número de Genelle Healey desvela poco a poco los interrogantes sobre los factores que pueden influir en la capacidad inmunógena de la vacuna. Según la autora, “es posible que la disbiosis del microbioma intestinal causada por factores del anfitrión pueda verse implicada en las distintas respuestas observadas a la vacuna”. La autora va aún más lejos y dice que “ciertos perfiles de la microbiota intestinal (es decir, una mayor abundancia de Actinobacterias, Clostridium clúster XI y Proteobacterias) se han asociado con una mayor capacidad inmunógena de la vacuna contra infecciones virales como el VIH, la gripe y el rotavirus”.
Actualmente es un hecho innegable: las vacunas son la principal esperanza para controlar el SARS-CoV-2, pero la heterogeneidad de las respuestas a las vacunas puede poner en peligro la lucha contra la COVID-19. ¿Y si la microbiota intestinal fuera la mejor aliada de la vacunación? Estaremos atentos...
Mientras tanto, les deseamos una agradable lectura.
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