Microbiota vaginal y virus del papiloma humano (HPV): ¡las bacterias hacen la limpieza!
Conocer la composición de la microbiota vaginal asociada a las infecciones persistentes por el virus del papiloma podría ayudar a encontrar nuevas estrategias terapéuticas para prevenir el cáncer de cuello uterino, del que son la principal causa.
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Acerca de este artículo
La infección vaginal por el virus del papiloma humano (HPV), la más frecuente de todas las infecciones de transmisión sexual (ITS), suele ser asintomática. La mayoría de las veces, el organismo elimina este virus de forma natural. Sin embargo, puede llegar a persistir en algunas mujeres y exponerlas a un riesgo de infecciones susceptibles de progresar a un cáncer de cuello uterino. Este cáncer, que ocupa el (sidenote: https://www.who.int/fr/news-room/fact-sheets/detail/human-papillomavirus-(hpv)-and-cervical-cancer ) , hasta ahora incurable, representa un problema de salud pública importante.
99 % Casi todos los casos de cáncer de cuello uterino (99%) guardan relación con una infección por un virus del papiloma humano (HPV) de alto riesgo.
11,7% La prevalencia mundial de la infección por el HPV alcanza el 11,7%.
Una disbiosis vaginal
Los factores de riesgo de infecciones persistentes por el HPV son conocidos: prácticas (duchas vaginales, relaciones sexuales) o factores biológicos (vaginosis bacteriana, infecciones de transmisión sexual) que alteran la microbiota vaginal (disbiosis). Hasta ahora, la mayoría de los trabajos se han centrado en la relación entre una disbiosis y las lesiones precancerosas o cancerosas del cuello uterino, pero ninguno en la identificación de un perfil microbiano característico de la infección persistente por el HPV que se pueda detectar antes de la aparición de lesiones, lo cual permitiría prevenir la progresión a cáncer.
Un equipo de investigadores chinos estudió la composición de la microbiota vaginal de 100 mujeres de 21 a 64 años distribuidas en tres grupos: las que padecían una infección persistente por el HPV (grupo P), las que habían eliminado el virus (C) y por último las que no habían contraído infecciones por el HPV en los dos últimos años (NC).
41% Tan solo el 41 % de las mujeres encuestadas declara que toma probióticos o prebióticos, ya sea por vía oral o vaginal
¿Probióticos profilácticos?
Los análisis muestran que una infección por el HPV se asocia a una alteración de la microbiota vaginal, ya que se observan diferencias entre las pacientes NC y los otros dos grupos, P y C. Los análisis muestran que una infección por el HPV se caracteriza por una reducción del número de bacterias y una menor diversidad. La infección, actual o pasada, guarda relación con un aumento del número de Firmicutes y Actinobacteriota, y una disminución de Proteobacteria. Según los autores, este estado «disbiótico» facilita la adquisición del virus y, a la inversa, una mayor abundancia de Proteobacteria vaginal permite estabilizar la microbiota. Aunque en los tres grupos de pacientes predominan los lactobacilos, su abundancia es mayor en las pacientes que eliminaron el virus (C) que en las pacientes NC. Los investigadores observan también que, según el tipo de virus eliminado, existe un aumento más importante de lactobacilos y bifidobacterias, lo cual indica que estas bacterias podrían ejercer un efecto protector frente a diferentes tipos de virus.
Los investigadores concluyen que estos descubrimientos deben confirmarse, pero abren el camino al desarrollo de probióticos para el tratamiento temprano de la infección por el HPV, antes de la aparición de lesiones malignas del cuello uterino.